Las detenciones del exmagistrado Celso Gamboa Sánchez y del exconvicto Edwin López Vega, alias Pecho de Rata, no fueron producto de una acción improvisada. Detrás de ellas se gestó una operación silenciosa y sostenida por más de un año, articulada entre el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).
📩 La solicitud que activó el operativo
Todo comenzó con una solicitud formal de arresto emitida por un fiscal federal del estado de Texas y validada por un juez estadounidense. Esta petición fue canalizada a través de la Cancillería costarricense, que a su vez la remitió a la Corte Suprema de Justicia para su homologación.
“La solicitud llegó oficialmente el lunes por la mañana. A las 9 a. m., la Cancillería ya la había validado. A eso de las 11 a. m., la Secretaría de la Corte la remitió al juez respectivo, y a esa hora obtuvimos el visto bueno para proceder”, relató Randall Zúñiga, director del OIJ, en entrevista con el programa Asiento Extra.
🕵️♂️ El OIJ ya los tenía vigilados
Pero el OIJ no esperó a la orden formal. Ya sabían que la solicitud estaba en camino y desplegaron personal encubierto dos días antes. Un grupo se apostó en Cahuita, Limón, para seguir a López Vega, y otro en Escazú, donde residía Gamboa.
La vigilancia tenía como objetivo asegurar que ambos estuvieran localizables al momento de ejecutar la orden judicial.
👮♂️ Así capturaron a Pecho de Rata
La primera captura ocurrió en Cahuita. “A eso de las 12 m. lo ubicamos almorzando. Esperamos que hubiese poca gente alrededor y lo detuvimos a las 12:30 p. m.”, relató Zúñiga.
López Vega fue trasladado de inmediato a San José, mientras en Escazú se desplegaba el segundo operativo.
🚓 La reacción de Celso Gamboa: de tranquilo a desencajado
El exmagistrado fue interceptado cerca de las 6 p. m., cuando salía de la casa de un cliente. “Lo interceptamos con un carro delante y otro detrás, para que no pudiera moverse. Se le pidió que saliera del vehículo, pero no podía abrir el seguro, aparentemente por los nervios”, detalló el jefe del OIJ.
Una vez fuera del vehículo, fue esposado. En ese momento, Gamboa pensó que se trataba de una gestión judicial local. Pero al recibir la notificación de que la detención obedecía a una solicitud de extradición de la DEA, su reacción fue inmediata.
“Ahí sí se desencajó por completo. Esa es una forma bonita de decirlo… pero su reacción fue evidente”, afirmó Zúñiga.
⚖️ ¿Por qué Costa Rica no lo procesó antes?
La gran pregunta que surgió tras las capturas fue: ¿por qué Gamboa no enfrentó antes un proceso penal en Costa Rica?
Zúñiga lo explicó con franqueza: “Desde que fue destituido como magistrado lo empezamos a vigilar, por temor a que saliera del país. Luego, en 2019, fue absuelto por dudas en un juicio por tráfico de influencias. Nosotros no compartimos ese fallo, creíamos que había prueba suficiente”.
El jefe del OIJ añadió que abrir una investigación local contra Gamboa habría implicado entregar el expediente a sus abogados, lo que podía entorpecer el proceso.
“Vimos que lo más viable era trabajar el caso con la DEA. Aquí, probablemente, le habrían impuesto medidas cautelares suaves. En cambio, al tratarse de un caso de tráfico internacional de drogas, la DEA podía actuar con más contundencia”, afirmó.
🤝 Un acuerdo clave con la DEA
La colaboración con la DEA comenzó en 2022, bajo la dirección de Walter Espinoza. Ya existían informaciones confidenciales que apuntaban a Gamboa, y se buscaba un canal más efectivo para garantizar consecuencias judiciales reales.
“Don Walter dijo visionariamente: hablemos con la DEA. Y así fue. No descarto que ellos ya estuvieran trabajando el caso”, reconoció Zúñiga.
🚨 Ahora sí, justicia internacional
Gamboa y López podrían convertirse en los primeros costarricenses en ser extraditados a Estados Unidos, tras la reforma del artículo 32 de la Constitución Política, aprobada el 15 de mayo de 2025. Esta modificación permite la extradición de nacionales por delitos de narcotráfico o terrorismo.
Ambos enfrentan acusaciones por tráfico internacional de drogas y lavado de dinero. De acuerdo con la DEA, Gamboa habría liderado una célula narco que operaba en Costa Rica, con conexiones al Clan del Golfo en Colombia y el Cártel de Sinaloa en México.