Por Till Simon Nagel (dpa)
Las notebooks más baratas pueden ganar velocidad con discos duros SSD de mayor potencia y mayor memoria de almacenaje. Cambiar el disco duro por uno SSD más rápido suele tener un efecto importante, señala la revista especializada “PC Magazin” (edición agosto 2015). Pero para ello es importante asegurarse a la hora de comprar la portátil que efectivamente se la puede reacondicionar.
En algunos modelos, entre ellos la mayoría de los ultrabooks y MacBooks de Apple, no es posible introducir nuevas unidades, ya que sus chips están soldados a la platina. En cambio, si las carcasas de las tarjetas de memoria y de los discos duros de 2,5 pulgadas son intercambiables, es posible ponerse manos a la obra.
La solución puede ser muy práctica también para actualizar una portátil de varios años que se haya quedado anticuada o lenta.
En la actualidad hay tres variaciones de SSD para notebooks: la versión de 2,5 con interfaz SATA III; la más delgada mSATA-SSD (que en la actualidad tiene una capacidad máxima de sólo 1 GB); y los m.2.SSDs con SATA III o PCIe, cuya forma y tamaño recuerda a la de un chicle.
Qué modelo es el mejor depende del espacio disponible y de las conexiones con que cuente la notebook. En caso de duda lo mejor es consultar el manual de instrucciones o la web del fabricante.
Para elegir un nuevo disco duro primero hay que saber cuál está montado de fábrica, lo que también viene en el manual o bien escrito en la parte interior de la carcasa. En las páginas de cada fabricante también aparecen listas sobre la compatibilidad de los mismos con los diversos modelos.
En principio no hay que temer la pérdida de la garantía por el hecho de que se abra la carcasa y se manipule el interior del aparato, señala “PC Magazin”. Normalmente, el cambio del disco duro o las tarjetas de memoria están cubiertos por la garantía. Ante la duda, lo mejor es consultarlo antes también en el manual de instrucciones o en los papeles de la garantía.
