A mis amigos, hermanos y compañeros de vida, les saludo, pleno en gratitud.
Les escribo porque recibo, cada día, cariño, respeto y apoyo de ustedes y, merecen una explicación sobre la decisión política que he tomado.
El sábado pasado, participé en la Asamblea Cantonal de Montes de Oca de Liberación Nacional. Asistí para acompañar las aspiraciones de los compañeros y compañeras que han sido nuestro equipo en ese bello cantón.
Correspondí a la sesión, con la misma lealtad con que, ellos y ellas, lo hicieron por nosotros, en el proceso recién finalizado. Mi voto fue una expresión de gratitud para que, pudieran alcanzar sus metas. Considero que en la vida, el principio de la correspondencia leal, es vital.
Desde que la noticia de que voy a apoyar a Rolando Araya Monge ha circulado, recibí algunos ataques. Las manifestaciones provienen de personas que, ni antes ni ahora representan sentimientos en mi vida.
Los amigos y viejos compañeros han sido nobles y respetuosos. Aunque no hayan estado de acuerdo con la decisión, han elevado la amistad por encima de las diferencias.
Con alegría y agradecimiento debo señalar que, muchos de mis hermanos de causa, se están incorporado con nosotros a la nueva casa política.
Nací en Liberación Nacional.
Mi corazón ha sido uno con ese partido. Con mi primer voto en 1978, aprendí a perder en democracia, pero también, de esa fiesta cívica, atesoré que, desde las lágrimas de la derrota nace el espíritu de un nuevo amanecer.
Una vez terminada esta precampaña, en julio pasado, me puse a la orden del candidato José María Figueres y su equipo. Ofrecí colaborar en el programa de gobierno y en hacer aportes a la difícil estrategia de campaña.
Preparé unas notas introductorias. A la primera persona que envié los escritos fue a José María, después de recibir su cálido mensaje de bienvenida a la campaña. No tuve respuesta.
Luego, remití las líneas a Alicia Fournier, en calidad de jefa de campaña. Tampoco tuve respuesta. Entregué el mismo mensaje por medio de Rodolfo Navas y Luis Fernando Acuña, ambos, personas cercanas a JMF y a mí. Tampoco hubo respuesta.
La conclusión es obvia.
No hay espacio en la campaña. La organización está completa con las personas cercanas al candidato.Los abuelos nos enseñaron aquello de que “al buen entendedor, pocas palabras”.
No tengo resentimientos. Conozco la política y a sus actores. Tampoco, la decisión, se inspira en la revancha.
El viejo Liberación vibra en mi corazón, pero surge en mí, un nuevo reto y nace desde el alma.
Rolando, a quien apoyé en la precampaña, me invitó a seguir como compañero en un nuevo proyecto político. Acepté el reto con ilusión, alegría y gratitud.
El camino hacia la nueva casa política nos llena de esperanza. Desde ahí, trabajaré, con las mejores personas, en elaboración de una agenda para Costa Rica.
Esta decisión tiene dos sentimientos: ha sido difícil porque nunca he estado lejos de Liberación, pero muy fácil porque tengo espacio y somos bienvenidos a constituir un nuevo equipo.
Seguimos por el camino del pragmatismo de la socialdemócrata que nos cultivaron en las montañas de Birrí de Heredia. Ahí dimos pasos que hoy lucen lejanos.
Debemos elaborar respuestas. Son nuevos tiempos, se requieren nuevas propuestas.
Liberación ha perdido su capacidad de autoanálisis. Las razones de sus derrotas se ocultan y siguen haciendo lo mismo. Su destino es el mismo.
Acá, nuestros corazones vibran en sentimientos y emociones de justicia y libertad. Es una nueva experiencia. Todo está por construirse. La emoción es enorme.
Saben que en mí, priva la amistad.Las puertas, de cualquier lugar dónde esté, están abiertas para ustedes.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.
