Con la publicación del presente artículo, aunque pueden haber transcurrido varios meses, no queda duda que el planeta Tierra se semiparalizó con la olimpiada Tokio 2020 o juegos de la XXXII Olimpiada, independientemente que la misma hubo de desarrollarse un año después producto de la pandemia.
Evento que se desarrolló del 23 de julio al 8 de agosto del año pasado, con la participación de 204 países, donde se desarrollaron eventos de 42 disciplinas deportivas, con más de 17,700 atletas.
¿Qué medidas se tomaron para evitar el contagio en el desarrollo de las mismas? No se permitieron espectadores extranjeros, no locales e inclusive las delegaciones se vieron reducidas significativamente. La mascarilla era de carácter obligatorio dentro de los recintos deportivos, el número de aplicaciones de pruebas PCR era cotidiano
Los atletas y los miembros de los equipos de determinados países donde era alto el contagio, debían de realizarse una prueba diaria durante la semana previa a su llegada al país asiático; una vez que los atletas ingresasen a la villa olímpica, competir era el único motivo por la que se les permitía salir hasta regresar a sus países de residencia.
Evento deportivo en cuyo entorno país se veía afectado por un incremento del contagio, con un repunte del doble de contagiados en esa semana, producto de la variante Delta, de aquí considerar que los mismos se llevaron a cabo dentro de una “burbuja anti Covid”
A finales de octubre 2021 contagiadas más de 243 millones de personas en todo el mundo, con caso 5 millones fallecidos a causa de la enfermedad[1]; en ese instante ya dosis de vacunas aplicadas alrededor 4.000 millones.
No queda duda que ver ascender la bandera de los diferentes países (oro, plata y bronce) y los rostros de los ganadores, mueve cimientos donde los sentimientos se evidencian a flor de piel, tras años de preparación previa por parte de los deportistas.
Hasta aquí – lo escrito – puede resultar, uno más de tantas publicaciones que se generarán derivada de esta olimpiada desarrollada bajo medidas estrictas para preservar la vida humana; sin embargo, pretendo darle un “toque tal vez diferente” con lo siguiente: ¿Por qué tantas personas, se resisten a ser vacunadas?; Acaso será, ¿por ignorancia, por temor que le coloquen un “chip”” para controlarle la vida?, ¿por no tener temor a la muerte?
Un alto especialista de un país productor de vacunas en América Latina, señalaba que cuando daba información cotidiana y sistemática del comportamiento de la pandemia, el propósito no era meter miedo, sino alarmar realmente a la población, insistir en la necesidad de cuidar la vida.
Si buscásemos excusas para no vacunarse, las hay inclusive legalizadas en cuanto a que las decisiones han de ser personales y no obligatorio, muestra de ellos protestas en varios países del continente europeo recientes.
En fin, continuar compartiendo con sus nietos, hijos, hermanos, padres, amigos depende de usted. ¡Piénselo! Ah, se me olvida, cuídense para poder ver todos las Olimpiadas en París 2024.
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[1] https://github.com/CSSEGISandData/COVID-19
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