Siempre se dijo que José María Figueres ganaría la convención interna. Los datos de Figueres lo situaron siempre entre el 32% y 38% de los decididos a votar con candidato definido. Eso sucedió desde enero que iniciamos los estudios sobre la convención PLN.
Siempre se dijo que Rolando Araya Monge era segundo con una ventaja clara sobre las otras opciones. Lo situamos en márgenes de intención entre 25% y 36%.
Siempre se dijo que Carlos Ricardo Benavides y Roberto Thompson, mantenían una disputa muy pareja por el tercer lugar, casi empatados en todo momento, los rangos de Benavides los teníamos entre el 10% y el 16% en todos los estudios. Los de Thompson, se situaron entre el 9% y el 16%.
Y bueno a Claudio Alpízar siempre se ubicó de último en rangos que iban entre 4% y 10%.
Algunas comentarios al margen
Múltiples factores influyen sobre los resultados de las encuestas, la dinámica y la pureza de la muestra es lo que pueden terminar llevando a que los datos sirvan en la medida de tendencias de apoyo. En detalle, OPol dijo siempre que Figueres ganaba la convención. Araya sería segundo. Tercer puesto disputado entre Benavides y Thompson. Alpízar Otoya de último.
En la elección del pasado domingo, es claro que la maquinaria de José María Figueres, que prácticamente dominaba en todos los centros de votación, fue un factor determinante para que no se produjera una sorpresa.
Incluso la rapidez en que procesaron los datos de las mesas que le daban más ventajas a Figueres Olsen fue una señal de la estrategia del mínimo riesgo, filtrar a la prensa un dato de unas 200 mesas y dar una ventaja de casi 16% a Figueres sobre Araya, permitió que rápidamente los rivales del expresidente, reconocieran la derrota con apenas el 20% de las mesas procesadas. En el transcurso del conteo esa diferencia se redujo en casi 7%, terminando en 9%.
Sostuvimos que Figueres tenía un techo y un piso en el mismo punto, que su votación sería igual a la de hace cuatro años y que rondaría los 150 mil votos. Hace cuatro años Figueres obtuvo el 37,14% de la votación, y en esta se mantiene entre 36,9%, con una cantidad de votos casi idéntica.
Sobre Rolando Araya siempre sostuvimos que era el segundo lugar, y el único con opciones reales de ganarle a Figueres Olsen. También en varias oportunidades insistimos en que el liberacionismo buscaba una cara conocida y con experiencia. Eso se vio reflejado en los primeros estudios cuando se incluía a Antonio Álvarez. En ese momento los tres primeros eran Figueres, Álvarez y Araya.
Lo de Araya Monge es impresionante, es una campaña manejada sin dinero, sin equipo, sin estructura partidaria, sin organización territorial, sin papeletas sectoriales y con el rechazo de personas que se pensó en un inicio que estarían con él.
Nadie sabe que pudo pasar si Carlos Ricardo Benavides y Roberto Thompson, hubieran acordado dar su apoyo a Araya, pero por los números podríamos decir que Figueres hoy no sería el candidato del PLN.
Sobre Claudio Alpízar, pues como él dijo “a mi con encuestitas”, y estas siempre le marcaron los límites de su esperanza de ganar.
En fin otro proceso y otro trabajo concluido, donde la tendencia marcada por OPol terminó siendo lo que al final se dio.
Ahora para el PLN el reto es llegar a un proceso electoral con un candidato con un rechazo popular del 65% y a la alza. Son muchas las tareas pendientes para la campaña de Figueres Olsen, donde incluso la unión de la dirigencia partidaria no les asegura el respaldo de la gente que participó en la convención el pasado domingo.
Porque veamos más del 60% de los votantes de este 6 de junio no querían al Figueres Olsen como candidato y eso es un reto, que Figueres debe tomarse con la mayor prontitud y seriedad.
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El autor es director de Proyectos de OPol Consultores. Comunicador, Especialista en Psicología Política (Universidad Camilo José Cela).
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