Pandemia económica “Act of God”

La irrupción de la pandemia universal de la difusión del covid19 o coronavirus impactó dramáticamente (como un cisne negro expresión propia de los economistas para indicar la llegada de un factor inesperado de un supuesto ejemplar de fuerza mayor, en la terminología jurídica de un “act of god” en la expresión anglosajona de todas las actividades personales, sociales y económicas del mundo.

Una crisis de proporciones monumentales se gestó en la economía mundial: la mayor crisis económica que se haya visto fuera de las épocas de guerra. Y lo más preocupante es que no hay país en el mundo que pueda considerarse por fuera. O sea que la crisis es universal.

El sistema económico mundial y los sistemas económicos de los países se fundamentan, de una forma preponderante, en el comercio de toda clase de bienes, servicios, recursos y conocimientos. Es evidente que la prohibición de comerciar atenta contra cualquier economía en particular. Se ha destacado en el estado de pandemia sanitaria generalizada, que la misma debe ser contenida por medio de la prohibición del acercamiento social y de la persuasión de las personas de alejarse unas de otras. Y esto ha cerrado de manera abrupta una buena parte del comercio internacional y del comercio dentro de todos los países, produciéndose una infección que avanza de mercado en mercado y de país en país en país a una velocidad impresionante.

Una vez que el comercio se ve contraído, de golpe y como nunca antes, han comenzado a agudizarse otros problemas de manera concomitante. Y uno de los primeros problemas es la falta de empleo y la consiguiente pobreza y la disminución siguiente del consumo y de la demanda de toda clase de bienes, con todo lo que esto implica como respuesta de los sistemas productivos.

En medio de todos los problemas corrientes adicionales como son la quiebra de empresas, el aumento en los déficits fiscales de los diferentes estados, los problemas financieros locales e internacionales, se va gestando un mal que auguramos se volverá mayor, con graves consecuencias para los sistemas productivos y para la futura recuperación económica. La parálisis de miles de empresas, de todos los tamaños, del comercio local e internacional de bienes y servicios, el peligro de numerosas quiebras, el problema financiero de los bancos, el desempleo y los graves problemas fiscales, sanitarios y alimentarios, son el asunto o el tema de análisis más actual y auténtico, fuera de la misma “pandemia”, de todos los gobiernos y de todos los hombres pensantes del planeta. Y de todo lo peor que puede ocurrir, lo peor sería que no se aplique una rápida y correcta solución y que se produzca la parálisis política y mental. Un mayor problema vendrá y se requiere una solución.

Más por contrario vemos a los miembros de Junta Directiva del Colegio de Ciencias Económicas exponiendo temas sin ninguna trascendencia para el país, tales como cuantos miembros conforman la junta, o quien nombra al director ejecutivo, etc, temas que ya regula la Ley N.7105 y sus reformas con la Ley N.9529. ¡Dan grima!

Otro miembro de junta directiva expone opiniones del valor de pertenecer a un colegio, cuando su marca gerencial en Junta Directiva ha sido mantenerse en la perpetuidad en su puesto, con muchos de ellos o casi todos  ya superan la década únicamente intercambiando sus puestos, con manejos de  gastos excesivos en fiestas, pago alquiler de vehículos, pagos de asesoría legal excesivos,  autorizaciones de pagos de horas desproporcionadas, pagos de salarios desproporcionados de ciertos funcionarios afines  despidos injustificados de empleados de planta, nepotismo, amenaza de mordaza para que los colegiados que hacen control y fiscalización no continúan ejerciendo su derecho constitucional, o sus ocurrencias de granjas de animales domésticos o salones ecuménicos entre muchas cosas más.

Es ahí donde como referente nacional el Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica perdió su norte, no logró concretar acciones, propuestas ni soluciones, nunca fue preponderante su papel en actuaciones como la reforma fiscal, ley de empleo público y sus impactos a los empleados públicos, temas del tipo de cambio, implementación de políticas públicas económicas y muchos temas más y ahora dista mucho su presencia con la actual situación país, la falta de liderazgo de los que actualmente llevan el timón del barco no lo permitió, ya cualquier intervención es una medida paliativa de segundo orden y quedo corta ya, probablemente  estaban más interesados y le tomaron gusto a la bonne chére..! buen cibo..! ¡El cambio es ya o nos hundimos!

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El autor es Dr. Derecho Administrativo, Ph.D C-20969, Máster en Derecho Administrativo, Máster en Derecho Tributario, Lic Administración de Empresas, Ciudadano Italo Costarricense.

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