El cambio generacional y la necesidad de una renovación del “chip” en las estrategias político-electorales de los partidos políticos tradicionales, son las medidas que apremian en el seno de estas organizaciones.
Lo mencionamos con anterioridad, el terrible legado proporcionado por la ruptura del “paradigma del poder” con el arribo del PAC al gobierno, y el “éxito en las medidas implementadas” por la Administración Chaves Robles, deja en un estado de incertidumbre a quienes pretenden regresar por el mando gubernamental, usando las tácticas del pasado.
Es imposible no pensar que la fijación de algunos sectores políticos que detestan el estilo de gobierno del presidente Chaves, en sus entrañas anhela que el fracaso sea el rumbo de la presente gestión presidencial. ¿Será posible tanta mezquindad y poca madurez política? ¿Acaso no se dan cuenta que el costarricense está “hechizado” con la peculiar forma que ejerce el poder el mandatario?
Hoy, los expertos en materia de comunicación política, debaten entre sí, el por qué antes a nadie se le “ocurrió” una acción de gobierno como la que actualmente experimenta Costa Rica.
La realidad que viven hoy partidos políticos como el PLN, PUSC y el extinto PAC es de un estado de crisis y carencia de líderes. Pregunta: ¿vislumbra usted un posible candidato en esas tiendas políticas que venga a superar el carisma y el impacto político de Rodrigo Chaves Robles?
Les invito a realizar un ejercicio. Pensemos en los posibles candidatos del PLN, ¿Antonio Álvarez Desanti, José María Figueres Olsen, Carlos Ricardo Benavides o Rodrigo Arias Sánchez? En el PUSC, ¿Juan Carlos Hidalgo Bogantes, Leslye Rubén Bojorges León, Lineth Saborío Chaverri o el mejor exministro de la administración actual Luis Esteban Amador Jiménez? Y en el PAC, ¿el exministro Daniel Salas Peraza, Patricia Mora Castellanos o de nuevo Carlos Alvarado Quesada? ¿Por cuál de los nombres mencionados votaría?
Si su respuesta es “ninguno”, ¿cuál sería la opción a elegir?
Aquí entran en juego los nuevos liderazgos salidos del actual gobierno o los exmilitantes de esos partidos tradicionales. Vamos de nuevo con otro ejercicio. Hagamos una lista con algunas figuras conocidas; Fernando Zamora Castellanos, Natalia Díaz Quintana, Claudio Alpízar Otoya, Otto Guevara Guth, Laura Fernández Delgado, Álvaro Roberto Ramos Chaves, Gerardo Corrales Brenes y Fabricio Alvarado Muñoz. ¿Por quién votaría?
Si usted eligió uno de los nombres antes citados, definitivamente está en ruta de exigir, al menos, algunas características del estilo del gobierno actual. Eso significa, que la extinción de las históricas agrupaciones políticas del país, está más cerca de lo que pensamos.
Es inevitable ocultarlo: “la polarización que heredó la campaña electoral del 2022, se mantiene hoy más viva que nunca”. Ante esto, decimos que la aprobación de la Ley Jaguar y la posibilidad de realizar un “referendo”, marcará definitivamente la INTENCIÓN DE VOTO el 1 de febrero del 2026. ¿Qué pasará si los diputados NO aprueban dicho proyecto de ley? ¿Veremos al ciudadano corriendo a entregar su firma para que sea el pueblo que convoque la consulta popular?
La pregunta del millón de dólares es: ¿dónde, cuándo y cómo inició el desencanto del electorado costarricense?
Cuando el individuo se acerca a las urnas, emite el sufragio esperando que todo lo que escuchó en campaña llegue a materializarse. ¡Es aquí donde fallaron los que ostentaron el poder irresponsablemente! Mi papá, qdDg, decía: “quienes han llegado al poder más veces, tuvieron más oportunidad de AYUDAR o ROBAR”. ¿De 1940 a hoy, quienes han mantenido el “mando”?
Reiteramos, la justa acción de un control político objetivo, valiente y realista, fortalece un estado democrático como el nuestro. Oponerse sin contemplaciones es, definitivamente, un acto irresponsable, vil y cobarde que atenta contra la estabilidad política de un país.
Costa Rica, hoy más que nunca, requiere de una población valerosa y llena de Fe en DIOS.
No podemos arriesgar los resultados positivos que los grandes estadistas de nuestra historia nos dejaron.
Debemos establecer mecanismos de control que garanticen el fortalecimiento de nuestro Estado Social de Derecho. Esto solo se construye con una mentalidad de trabajo pensando en el desarrollo equitativo y justo de Costa Rica. ¿Qué sorpresas traerán las nuevas encuestas de opinión? ¿Será necesario ir a una recolección de firmas para la convocatoria del anhelado “referendo” que procura la aprobación de la Ley Jaguar? ¿Veremos otras “caras” que pretendan postularse a la Presidencia de la República? De lo anterior y más hablaremos la próxima semana, Dios primero.
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Sobre el autor:
El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales. Asesor Legislativo, analista político internacional. Además elabora procesos de capacitación política, desarrollo comunal y administración. maumazu208@gmail.com.