Conforme avanza la carrera político-electoral, empiezan a reaparecer ciertas personalidades y partidos políticos de cara a las elecciones presidenciales 2026, buscando figurar en el espectro político y popular. Una de esas figuras es el cuestionado y condenado Partido Acción Ciudadana, dirigido por el exviceministro de Gestión estratégica y ex primera dama, en el gobierno de Carlos Alvarado.
Plagado con señalamientos en casos de corrupción como el “Cementazo”, y “Hueco Fiscal” marcaron el gobierno de Luis Guillermo Solís.
El Partido Acción Ciudadana, el partido de la “ética” en el año 2021 fue condenado por estafa al erario, debiendo pagar la suma de más de 600 millones de colones, por irregularidades en la campaña electoral del 2010. Y así se vuelven a presentar ante el electorado como una opción de gobierno.
Además, del bochornoso zafarrancho de lo que fue el allanamiento a la casa presidencial, —situación nunca vista en la historia de la Republica de Costa Rica, fue posible gracias al partido de la ética—, por señalamientos de violación a la privacidad de los datos por parte de gobierno, desde la oficina que Alvarado llamó UPAD.
Hoy, uno de los dirigentes de ese partido el exviceministro de Gestión estratégica, —ahora presidente de la agrupación—, en la administración de Carlos Alvarado, fue inhibido de sus funciones sin goce salarial, por enviar pornografía a una funcionaria publica, lo que nos llevaría a pensar que esas conductas no concuerdan con un partido de “ética” ¿cierto?, pero que, sin embargo, llevan en primera línea la bandera del partido.
La ex primera dama y hoy candidata a la presidencia por el estafador partido, se daba el lujo de tener hasta 10 asesores a su cargo, haciendo la carga al gasto público más grande.
El relato panegírico por la ética del Partido Acción Ciudadana (PAC), en los ocho años que estuvo frente al gobierno como partido oficialista, se convirtió en una obtusa historia de corrupción, estafa y espionaje.
Costa Rica, con memoria histórica pasó factura en las urnas, y los eliminó del escenario político, al no otorgarles ni una solo alcaldía de 84, y ni una sola curul del Congreso.
Como ciudadanía debemos a pelar a la memoria histórica nuevamente, y preguntarnos ¿Cuánto mas daño pretenden los desvergonzados?