En días pasados entro a regir la autorización para la venta sin receta médica de la pastilla del día después en Costa Rica, al publicarse el respectivo Decreto Ejecutivo en el diario oficial La Gaceta.
Según los considerandos de este decreto, la decisión de vender el fármaco Levonorgestrel sin receta médica se adopta en virtud del corto lapso de eficacia que posee el anticonceptivo de emergencia.
Consideran las autoridades del Ministerio de Salud, que el paciente no siempre podrá contar a tiempo con una prescripción médica durante el plazo recomendado para su uso, y se podría poner en riesgo la efectividad del medicamento, el cual es necesario utilizarlo dentro de las 72 horas siguientes a haber mantenido relaciones sexuales sin protección.
Textualmente uno de los considerandos del decreto señala abro comillas “si bien los anticonceptivos orales de emergencia son medicamentos hormonales y por ende existen condiciones de salud que pueden restringir su uso, como enfermedades del intestino y problemas hepáticos entre otros, basta con el consejo del profesional en farmacia para su dispensación” cierro comillas.
La decisión de las autoridades de salud de vender este fármaco sin receta médica pone en la palestra el debate sobre el uso de la pastilla.
Es comprensible que no se deseé un embarazo como resultado de una violación, y si esta pastilla puede ayudar a la mujer afectada debemos apoyar su uso.
Pero debe tenerse claro que para que la administración de esta píldora sea éticamente aceptable, debe tenerse evidencia de que se va a administrar antes de que la ovulación sea inminente, porque de lo contrario amenaza la vida de un ser humano inocente.
Como médico, me preocupa la decisión tomada por el Ministerio de Salud de vender esta pastilla sin receta y que sea utilizada sin el debido conocimiento de sus efectos secundarios.
En ese sentido, repasemos los tres efectos que este fármaco tiene en los órganos reproductivos de la mujer:
1) El primer efecto es anovulatorio: si se toma con suficiente tiempo para impedir la ovulación no podrá haber fecundación y no se formará el cigoto.
2) El segundo efecto es anticonceptivo: puede impedir que los espermatozoides atraviesen el moco cervical para fecundar el óvulo. Este efecto tiene una acción limitada porque el fármaco se toma luego de la relación sexual, por lo que los espermatozoides ya habrían atravesado el canal cervical.
3) El tercer efecto es anti-implantatorio: si el fármaco no logra impedir la ovulación, porque el folículo dominante estuviera a punto de liberar el óvulo, o éste ya ha sido liberado, el embrión humano podría no anidarse en el útero de la mujer. Este tercer efecto sería abortivo.
Hay especialistas que afirman que dicha pastilla no es abortiva, indicando que esta hormona se trata de una progestina, familia de la progesterona que es la hormona que favorece el embarazo.
No obstante, esta información es imprecisa, porque el levonorgestrel no es una hormona natural, es una psedo-progesterona, que tiene efectos anormales en el endometrio.
De hecho, se ha demostrado que produce sangrados importantes en el 30% de las mujeres que la consumen, y modifica las células del endometrio, haciéndolo inhóspito para la implantación.
Además, no se saben las consecuencias del uso de este fármaco en adolescentes, y en particular su consumo frecuente.
Aquí debemos preguntarnos lo siguiente:
• ¿aumenta el riesgo de trombosis?.
• ¿puede producir infartos?.
• ¿produce infertilidad?.
No lo sabemos.
Ha aparecido evidencia de un incremento en embarazos ectópicos, particularmente cuando se toman dos veces en el mismo ciclo menstrual.
En el pasado, el Ministerio de Salud había rechazado el uso de esta píldora por su potencial efecto abortivo, y por los peligros que significa para las mujeres dada la ausencia de estudios. Sin embargo, este Gobierno en menos de 12 meses tomo la decisión.
Alarma que la pastilla del día después sea adquirida como si se tratará de ácido acetilsalicílico o más comúnmente llamado “aspirina”.
Y para complicar el panorama, hay evidencia en la literatura científica que señala que en los países donde se vende la píldora del día después en las farmacias y está autorizado el aborto legal, la cantidad de estos procedimientos no ha disminuido.
Compañeros y compañeras, debemos reflexionar sobre este tema, pues es una lástima que las autoridades del Ministerio de Salud hayan considerado que la solución a los problemas, sobre todo los de nuestros jóvenes, se resuelven simplemente con la compra de una pastilla en una farmacia.
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