Las políticas públicas son una parte integral del desarrollo de un país, pues tienen un impacto significativo en las decisiones de los ciudadanos y promueven la mejora de los estándares de vida de la sociedad.
Recientemente, como parte de un trabajo que realizamos para un cliente en CLC Comunicación afiliada de Llorente y Cuenca (LLYC) nos correspondió sostener conversaciones con varios de sus públicos de interés y pudimos identificar un alto nivel de desconocimiento sobre el concepto de políticas públicas, su relevancia y sus alcances. De ahí que consideré importante escribir algunos elementos teóricos de este concepto para aportar a su divulgación.
El análisis de las políticas públicas proporciona un enfoque integral para comprender cómo los gobiernos nacionales y locales toman decisiones y cómo estas afectan a la sociedad. En este marco, analiza las fuerzas subyacentes que dan contenido, forma y contexto a la política, como los valores sociales y culturales, los sistemas económicos y las ideologías políticas.
Hay múltiples teorías de política pública que intentan explicar cómo los gobiernos toman decisiones. Estos incluyen la teoría de la elección racional, que analiza cómo los gobiernos sopesan los costos y beneficios al tomar decisiones; la teoría de sistemas, que analiza cómo las entidades políticas actúan de forma interrelacionada en un sistema; y la teoría cultural, que analiza cómo los valores culturales dan contenido y forma a las decisiones. Estas teorías proporcionan un marco general para explicar cómo se crean las políticas públicas, cuáles son sus objetivos y cómo afectan a la sociedad, a los grupos, a las comunidades y a los individuos.
La creación de buenas políticas públicas comienza con el análisis de los problemas a los que se enfrenta la sociedad. Esto implica investigar la situación actual, identificar los problemas más relevantes y sus causas, coordinar el andamiaje institucional donde se operacionaliza la gestión de la política y recopilar datos para informar la toma de decisiones.
Una vez definido el estado de la problemática, es necesario planificar las acciones y priorizar y presupuestar los recursos. Esto involucra considerar los objetivos generales y específicos, los recursos disponibles, el impacto y resultados esperados y las posibles afectaciones a los sectores involucrados. Lo anterior ayudará a los responsables de la política a determinar y a calibrar cuáles soluciones son las más adecuadas para abordar los problemas identificados bajo criterios de factibilidad técnica y legal, economía, oportunidad, eficiencia, efectividad y calidad, entre otros.
Además, es importante considerar la viabilidad financiera de las soluciones propuestas. Esto significa determinar cuáles son los recursos requeridos para implementar la política, así como los plazos y los costos. Esto ayuda a los responsables de la política a determinar si la solución es viable y si se puede implementar de manera efectiva. Luego de la planificación, debe diseñar y ejecutar un plan de implementación detallado, el cual incluya los pasos necesarios para poner en marcha la política, aspecto que es importante para coordinar las gestiones y esfuerzos de un aparato institucional complejo.
A nivel de comunicación, es fundamental garantizar que los ciudadanos estén informados sobre la política y cómo afectará a sus vidas. Esto implica comunicar los alcances de manera clara y precisa y asegurarse de que los ciudadanos comprendan los objetivos y los resultados esperados para generar legitimidad y promover que la política sea bien recibida, analizada y aceptada por la población. En este sentido, la comunicación política e institucional desempeña un rol preponderante.
Una vez implementa la política, es importante evaluar sus resultados. Esto implica recopilar datos cualitativos y cuantitativos de la política y analizarlos para determinar si se han alcanzado los objetivos, si se han generado limitaciones en el proceso de implementación o si se requiere generar reformas para mejorar los resultados. Además, es esencial evaluar los efectos no intencionales o no deseados de la política, determinando la mejor manera de minimizar y mitigar los efectos negativos.
Dentro de los factores que tienen incidencia en el proceso de las políticas públicas es clave considerar el accionar de los grupos de interés, los cuales aportan información y experiencia, dialogan con las instancias de gobierno, organizan campañas y espacios de discusión y participan en el debate público. Entre estos se encuentran los medios de comunicación, los cuales inciden en la opinión pública y en el resultado de los debates políticos, crean opinión y visibilidad sobre los problemas nacionales y locales y movilizan a la ciudadanía de acuerdo con sus intereses o el interés general.
En conclusión, crear buenas políticas públicas es un proceso complejo, una tarea desafiante que requiere de comprensión profunda de los problemas y de la institucionalidad, una planificación e implementación metódica para alcanzar los mejores resultados y un diálogo transparente y robusto que logre el entendimiento y el acuerdo entre el gobierno nacional y local, la Asamblea Legislativa, la Administración, los grupos de interés y la ciudadanía en su totalidad.
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