No es posible referirse a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sin antes remontarse a hechos históricos, posterior a la Segunda Guerra Mundial, con una Europa devastada por los conflictos bélicos surgen diversos mecanismos para reestablecer el orden mundial, como la recién creada Organización de Naciones Unidas (ONU) y el célebre Plan Marshall, que buscaba la reconstrucción económica europea, como iniciativa de Estados Unidos.
Bajo este contexto surge en 1948 la Organización Europea para la Cooperación Económica (OCEE) y en 1961 pasa a ser un organismo de alcance global gracias a la incorporación de Estados Unidos y Canadá y se le denomina Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
La OCDE pasó de ser un ente que canalizaba ayuda económica, a ser un foro de intercambio de buenas prácticas en la administración pública y brinda cooperación técnica a los países en vías de desarrollo, cuenta con 35 países miembros y solamente dos latinoamericanos, México y Chile. Colombia y Costa Rica se encuentran en proceso de adhesión.
Costa Rica aspira a ser un miembro de la Organización que alberga a las economías más prósperas del mundo, denominado por analistas alrededor del mundo como “el club de los países ricos”, donde los mismos intercambian experiencias en la administración gubernamental de cada nación y al mismo tiempo buscan respuestas antes las problemáticas que enfrenta la sociedad internacional en un panorama globalizado e interdependiente.
En el año 2010, bajo la administración de Laura Chinchilla, Costa Rica fue tachado por la OCDE como paraíso fiscal, por lo cual el país tuvo que presentar pruebas para que la Organización lo retirara de la lista de paraísos fiscales, cabe resaltar que el pasado 28 de junio de 2017, Costa Rica aprobó los estándares de transparencia tributaria en el Foro Global de la OCDE.
Para que una nación sea miembro de la OCDE, la misma debe ser invitada formalmente por la Organización, por lo cual debe mantener una activa participación en foros y comités de la OCDE, tarea que fue llevada a cabo en ese momento bajo el liderazgo de la Ministra de Comercio Exterior, Anabel González, con lo que se logra un resultado positivo para que en 2013 el Consejo Ministerial de la OCDE acuerde invitar a Costa Rica a trabajar en conjunto para iniciar el proceso de adhesión.
Es importante resaltar que un año después, en 2014 inicia un nuevo ciclo político en la historia costarricense, y el presidente Luis Guillermo Solís toma el compromiso de ingresar a Costa Rica en la OCDE, así establecido en el Plan Nacional de Desarrollo 2015-2018. De esta forma se adopta la Hoja de Ruta que deberá seguir Costa Rica para ingresar, que básicamente se fundamenta en la aprobación de 22 comités o sectores que impone la Organización en diferentes áreas.
Para lograr la aprobación de un comité, se deben realizar pruebas e informes técnicos que deben ser presentados ante los expertos de la OCDE, lo que conlleva un alto valor económico que el Estado debe afrontar en la elaboración de estos reportes en cada Ministerio, desde asuntos financieros, fiscales, ambientales, salud, educación, tecnología y gobernabilidad pública.
Actualmente, el país ha logrado la aprobación en 4 comités, comercio, salud, agricultura y el pasado 31 de julio de 2017, se logra la evaluación positiva por parte de la OCDE a las políticas en materia de educación en Costa Rica, aunado al sector educativo, el país también participa en las pruebas PISA desarrolladas por la OCDE, que miden los conocimientos de estudiantes de países alrededor del mundo, en ciencias, matemáticas y lectura.
El gobierno de Costa Rica debe asumir el compromiso de adoptar las recomendaciones de la OCDE y de buscar soluciones a sus problemáticas internas para garantizar el bienestar de la población, preocupaciones que se han mantenido décadas agravándose, y es evidente que el Estado ha logrado elevar sus estándares por la presión internacional que mantiene ante la OCDE, ya que constantemente la Organización evalúa el proceso de adhesión del país.
Otro punto de preocupación para ser un país miembro recae en la Asamblea Legislativa, ya que las reformas que propone la OCDE en diversos escenarios conllevan a cambios jurídicos –por ejemplo, en materia fiscal– lo que puede obstaculizar el proceso. De igual forma, un nuevo ciclo político se avecina, y el próximo candidato a la presidencia puede rechazar o continuar con las iniciativas de los últimos dos gobiernos por ingresar al club de los países ricos.
Finalmente, en este punto es donde recae la interrogante que todos los costarricenses deben plantearse, ¿está el país en condiciones de ser parte de las economías más desarrolladas del mundo? Y además del prestigio internacional que garantiza el ingreso a la OCDE, ¿esto influye positivamente en la búsqueda de Costa Rica por inversión extranjera? Por último, ¿han tenido México y Chile mejoras en sus prácticas gubernamentales desde su adhesión a la OCDE?, ¿Qué espera Costa Rica del club de los países ricos, que no son vinculantes jurídicamente y no brindan ayuda financiera?
En síntesis, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico promueve políticas públicas para elevar los estándares de los países y el bienestar de sus ciudadanos, por medio del intercambio de experiencias de sus países miembros, y asimismo ofrecen recomendaciones a los países que participen en sus foros, por ejemplo, el pasado 1 de agosto de 2017, la OCDE recomendó a Costa Rica la modificación de los impuestos a las personas físicas o de renta, como una vía para solucionar el déficit fiscal, recomendación que el país puede adoptar o rechazar sin ser un país miembro.
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