Han pasado unos 45 años desde que yo iba a jugar fútbol a un pequeño lote baldío en el Invu de Palmares, donde vivían mis abuelos. Tengo aun fresco en la memoria cuando el dueño de la bola perdía el partido y se la llevaba para que nadie pudiera jugar más y así dar por terminada una experiencia que pudo haber sido mejor.
Para nadie es un secreto que muchos de los traumas que tenemos en la vida adulta se generaron en nuestra niñez, lo cual hoy en día parece más que normal, lo que no parece normal es cuando traemos esos traumas a la vida política.
Nuestro paso por la política en su deber ser, esta hecha para que aportemos y hacer de nuestro entorno, un lugar seguro, placentero y lleno de oportunidades, nunca para tratar de implementar los traumas de la niñez de no saber perder.
Dice mi psicóloga que cuando papá y mamá nos solucionan y nos dan todo, no aprendemos a manejar frustraciones como la que provoca la derrota, el berrinche puede ser tan grande que podemos hasta destruir el grupo al que pertenecemos con tal de no perder, como cuando jugábamos Fútbol en la niñez, al final cada día llegaban menos a participar porque todos sabíamos lo que iba a pasar, los que controlaban la mejenga si no ganaban se iban con la bola y adiós a ese espacio de alegría y compartimiento.
Tenía yo 12 años cuando el expresidente Arias desafío a los dueños de la bola de entonces del PLN y desde la Secretaría General impulsó cambios visionarios qué se adelantaba a los tiempos logrando una convención abierta.
Por muchos años los liberacionistas nos sentimos orgullosos de una convención abierta donde llegaron a votar casi 400.000 personas en el 2009. Pero, ¿qué pasó?, que ahora queremos dar pasos para atrás como el cangrejo.
Fácil hace unos años atrás los que se sienten dueños del PLN por herencia, nepotismo u otras razones perdieron una convención abierta y como a los niños, les creó un trauma.
Estos nuevos dueños del PLN han venido cerrando espacios, expulsando inclusive del PLN a sus opositores, sin revisar sus propias faltas, quieren tener el control absoluto de como funciona el PLN, hasta el punto de determinar quienes pueden votar para elegir al candidato, quieren el poder total en definitiva.
Lo irónico es que llevan 3 años quejándose de la actual administración aduciendo qué quieren controlar todo, qué fácil es ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el ojo propio.
Lo más triste es que quieren el control de un partido que tratando de sumar gente, lleva 3 derrotas consecutivas, es decir quieren la totalidad de nada, abramos nuestras mentes y le pido a Dios le de sabiduría a los asambleístas del PLN para buscar un partido qué represente a más y más costarricenses y no a menos.
Ojalá mañana no priven los traumas de la niñez y nos dejen a todos la bola para seguir jugando el partido y que no acabe la mejenga con la tristeza de que se impuso la soberbia y las ganas de que no jueguen los que no me dejan ganar.