Guerra Israel - Irán

El deber de proteger a los civiles

Michal Dur-Aryeh, embajadora de Israel
Michal Dur-Aryeh, embajadora de Israel

El ensordecedor ulular de las sirenas antiaéreas quebró la calma de la madrugada en todo Israel, obligando a los ciudadanos a correr hacia los refugios. Los momentos posteriores fueron un crudo recordatorio de la realidad diaria para los israelíes: vivir bajo la sombra de un régimen terrorista lejano, que busca incansablemente su destrucción.

Minutos más tarde, un misil balístico iraní impactó en el Centro Médico Soroka de Beer Sheva. Este no fue solo un ataque contra una infraestructura, sino un atentado deliberado contra el tejido de la sociedad israelí.

Soroka, el principal centro médico del sur de Israel, brinda atención vital a una población diversa de judíos, cristianos y musulmanes, incluida la amplia comunidad beduina. Al atacar el hospital, Irán dirigió sus misiles a una institución que encarna valores profundamente pluralistas, precisamente los que su régimen teocrático detesta.

Simultáneamente, cayeron misiles sobre zonas densamente pobladas del centro del país, destruyendo hogares de civiles cuyo único “crimen” es vivir en una democracia que desafía la visión autoritaria de Teherán.

Este ataque refleja la brutalidad creciente del régimen iraní. Incapaz de igualar las capacidades militares israelíes, el régimen de los ayatolás ha recurrido a tácticas viciosas: atacar infraestructuras civiles y sembrar el terror entre la población. La agresión más reciente da continuidad al ataque perpetrado cuatro días antes, que destruyó el reconocido centro de investigación del cáncer del Instituto Weizmann, donde destacados científicos desarrollan innovaciones médicas de vanguardia para salvar vidas en todo el mundo.

Consideremos el contexto de este conflicto: Teherán está a unos 2.000 kilómetros de Israel. Ambas naciones no comparten fronteras ni tienen disputas territoriales. Sin embargo, el régimen radical iraní ha declarado unilateralmente a Israel como su enemigo mortal.

El objetivo públicamente declarado de la República Islámica es la aniquilación de Israel, procurando eliminar el principal obstáculo democrático a sus ambiciones de exportar la Revolución Islámica a escala global.

En contraste, Israel ha expresado permanentemente su deseo de mantener relaciones pacíficas con el pueblo iraní, evocando una historia de lazos amistosos.

La disparidad en el comportamiento militar es evidente. Mientras Israel ha actuado decididamente contra la amenaza existencial del programa nuclear iraní y la expansión de su arsenal de misiles balísticos, lo ha hecho mediante operaciones precisas, dirigidas exclusivamente a objetivos militares y terroristas, con esfuerzos extraordinarios por minimizar víctimas civiles. La respuesta iraní: ataques directos contra hospitales y viviendas.

No debe haber lugar a ambigüedades: en el hospital Soroka no hay ninguna infraestructura militar. Se trató de un ataque deliberado contra una instalación médica civil, un crimen de guerra conforme al derecho internacional.

Este atentado subraya la urgente necesidad de desmantelar las capacidades de Irán en materia de misiles balísticos y enriquecimiento nuclear. La voluntad del régimen de atacar civiles israelíes demuestra la amenaza existencial que representa, no solo para Israel, sino también —dados los crecientes alcances de sus misiles— para ciudades europeas.

Aun en estos momentos oscuros, la resiliencia del pueblo israelí brilla con fuerza. Unidos en su determinación de enfrentar la amenaza del régimen radical iraní, mantienen la esperanza de un futuro de relaciones pacíficas con el pueblo iraní, que también sufre bajo ese gobierno opresor.

El ataque de hoy solo fortalece la determinación de Israel de garantizar que esta barbarie jamás vuelva a poner en riesgo vidas inocentes.

El régimen radical iraní representa una amenaza inminente no solo para la existencia de Israel, sino también para los principios fundamentales que sostienen a una sociedad civilizada. Es absolutamente esencial proteger las vidas inocentes y actuar frente a la agresión constante y las campañas de terrorismo de este régimen.

Solo una acción decidida podrá romper el ciclo de violencia y establecer la estabilidad que millones de civiles en toda la región merecen desesperadamente.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@nuevo.elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

Últimas noticias

Te puede interesar...

Últimas noticias