Tal vez me consideren un necio con el asunto de sembrar árboles en la finca, pero espero que mi consejo sea escuchado por generaciones futuras de jóvenes. Este árbol es de los que se pueden usar ya que tiene muchas utilidades; es originario de Centroamérica, Las Antillas, Colombia y Venezuela. En nuestro país lo encontramos en forma aislada principalmente en el Pacífico Norte (Guanacaste y Puntarenas). Crece bien hasta los 1000 metros sobre el nivel del mar y puede alcanzar los 20 metros con un follaje denso que da sombra y sirve de tapa vientos. Sus flores atraen gran cantidad de abejas y aves polinizadoras. Sus frutos tienen una cáscara delgada y su pulpa es agridulce, rica en hierro y potasio, que se puede comer como fruta fresca, refrescos y jaleas. Sus semillas se pueden comer tostadas como las de Marañón o pueden ser para alimentación de ganado (todo el fruto). Su madera no es durable, pero se puede usar en carpintería y tiene una agradable apariencia y es fácil de trabajar. Crece bien sobre suelos arenosos y pedregosos. Cuando se cosen las hojas del árbol de Mamón con un poco de sal, se puede usar para los desórdenes nerviosos, y para los casos de fiebre. También sirve para las infecciones.
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