Por Luigi Rebecchi Pannelli
El señor Trump, presidente electo con los votos electorales y no con los de la mayoría de los ciudadanos; que implica Urbi et Orbi, democracia, ha iniciado en los Estados Unidos de América, con su primer de decreto de limitar la salud de los americanos, medida del anterior Presidente a favor de ellos.
Siguen las eventuales deportaciones de los migrantes ilegales, problema que de una vez por todas; deseamos aclarar, separando los que son delincuentes comunes, quienes en cualquier país deben ser juzgados por la justicia regular y; añadimos de que en el supuesto caso que se fuguen, deben ser extraditados al lugar donde cometieron el delito; por razones obvias, económicas y sobretodo legales; mientras que los que no han cumplido con los requisitos migratorios de los Estados Unidos de América, deben ser evaluados con mucho tino y decencia; porque los trámites burocráticos y pecuniarios exigidos para obtener la residencia, deben haber sido adrede muy complicados y caros para que la gente los haya evitado, en la mayoría de los casos.
¿Qué opinarán los agricultores californianos, cuando no podrán a sus anchas explotar a los trabajadores emigrantes?
En el terruño, nuestras bellas y activas mujeres en la actividad pública; de seguro no serán blancos de críticas del “Macho”, quien; además es notoriamente antipático, defecto muy importante en política, tampoco el neo mandatario opinará sobre nuestro y eterno puente de la platina, así como; el pedido de dinero de nuestro presidente a un país que no sabe ¿dónde? están de casa “Los derechos Humanos”. Sin embargo; hay algo positivo, en el discurso inaugural del presidente; acabar con el terrorismo musulmán, ojalá que pronto lo haga con la cooperación de sus amigos rusos…