Los Colegios Profesionales en Costa Rica necesitan repensar y redefinir los objetivos sobre los que se asienta su razón de ser y abrir el espacio que reclama la sociedad costarricense, para que puedan responder a las nuevas tendencias y exigencias del mercado mundial para marcar diferencia.
El comentario de fondo no es discutir la existencia de los Colegios Profesionales, lo que se discute aquí es la obligación a la afiliación para que puedan ejercer su profesión, porque la afiliación como tal nada garantiza, más bien castiga al consumidor, porque el pago de las membresías a alguien hay que cobrarlas, y es por esa razón que los precios que perciben estos colegios profesionales deben ser establecidos por la demanda y la oferta.
Es una falacia total que los Colegios Profesionales protegen al consumidor, porque estos no tienen capacidad de fiscalizar a tantos profesionales en un mercado donde hay muchas necesidades, no solo de los que ejercen sino de los que necesitan de los servicios y no pueden pagar precios preestablecidos.
En el artículo 1 de la ley a la promoción de la competencia y defensa efectiva del consumidor establece: que el objetivo de esa ley es proteger, efectivamente los derechos y los intereses legítimos del consumidor , la tutela y la promoción del proceso de competencia y libre concurrencia mediante la prevención, prohibición de monopolios, prácticas monopolísticas, y otras restricciones al funcionamiento eficiente del mercado y la eliminación de regulaciones innecesarias para las actividades económicas.
Esta claro que el único defensor del consumidor es el Mercado y es en el mercado donde encontramos muchos oferentes de productos y servicios a diferentes precios y es ahí donde el consumidor elige o puede elegir a quien comprarle.
Así como los gobiernos han impulsado la venta de activos estatales y han impulsado la apertura de algunos servicios con un comportamiento monopolístico, es hora de desatar las amarras y que los Colegios Profesionales sean de verdad profesionales y empiecen a ser entes productivos, independientes y auto-sostenibles.
Es hora de que demuestren de que están hechos, recientemente en un artículo escrito en un periódico nacional mencionan la cantidad de asociados que tienen y los títulos que posee cada profesional, lo que implica que ese acervo de conocimiento debe de ser aprovechado y ponerse al servicio del mercado.
Por lo tanto los Colegios Profesionales deberían justificar su razón de ser, primero fomentando una afiliación voluntaria, con el claro objetivo que como organización se obligue a las juntas directivas a ser creativas, innovadoras, y progresistas y no como se maneja actualmente bajo la protección estatal, obligatoria y a cambio de nada.
Finalmente, los Colegios Profesionales deben de ser analizados a la luz de las tendencias de globalización y de los cambios que esto supone en todas las sociedades.
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