Lo que antes era nuestro trapito de dominguear, hoy ya no es necesariamente una referencia internacionales, acá me refiero al acceso a los servicios básicos de salud.
Según la OCDE, Costa Rica ocupa el penúltimo lugar entre los países miembros logrando apenas un 91% de cobertura potencial, algo que se confirma si tomamos en cuenta la cantidad de EBAIS que deben ser creados, al menos 200, de las clínicas especializadas para que liberen la presión en los hospitales, así como los hospitales de Turrialba, Cartago y Puntarenas que siguen en construcción después de hace 4 años.
Nuestro sistema en general funciona bien una vez que el paciente ingresa a la especialización o en emergencias, pero la atención primaria ha ido en franco deterioro, no sólo por los horarios que maneja, sino también por los dos extremos de la línea social, por un lado los que menos tienen no están asegurados y los que más tienen tampoco tienen a la CCSS como prioridad para ser atendidos.
Si a esto le sumamos que, durante la pandemia los servicios de medicina externa no eran prioridad generando un rezago de varios años en la atención integral de los costarricenses que ponían en manos del sistema público el control de sus padecimientos, estamos hablando de un freno en la calidad de la atención, misma que las llamadas o las video llamadas no pudieron enfrentar.
El problema que hoy nos refleja la OCDE se hace más grave en las zonas periféricas donde la atención es más limitada por efectos de distancia, jornada laboral, la migración ilegal o el nulo aseguramiento.
Es por todo este panorama que las decisiones del nuevo presidente de la CCSS, así como de la nueva Junta Directiva, debe versar sobre acciones contundentes que, de la mano del excelente personal médico, puedan revertir esas cifras, que son buenas si nos comparamos con muchos en el mundo, pero que nos pone abajo en la tabla de posiciones si nos vemos en los números de la OCDE.
Que seamos penúltimos en el ranking es uno de los hallazgos que nos presenta la organización en su “Panorama de la Salud 2021, indicadores de la OCDE”, informe que suma otros datos importantes para saber qué tan bien estamos y qué debemos mejorar en la era pospandemia. Seguir la ruta de siempre nos permitirá obtener los mismos resultados, que insisto, son buenos pero no ideales, pues mientras hayan personas sin atención estaremos en deuda como país.
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