0.03% es la capacidad cerebral usada en la negociación con el FMI

El 17 de septiembre el gobierno de Costa Rica decidió agregarle sarcasmo, ironía y tres océanos Pacíficos de pura y dura estupidez a la ya de por sí apocalíptica situación fiscal del país.

Bajo la irracional creencia de quien haya tenido la osadía de proponer el cobro de 0.03% de impuesto a las transacciones bancarias sepa leer y escribir me voy a permitir explicar porque es una idea tan estúpida que haría que Patricio de Bob Esponja se arrepienta de haber nacido.

Imaginemos por lo que dure leyendo este texto que:

  1. Aquí nunca hubo
  2. No tenemos a medio millón de personas desempleadas
  3. No tenemos a otras 100.000 -o más- personas en sector informal que no entran en el medio millón
  4. Y que las cargas sociales del país no están diseñadas para castigar a quien decide emprender

En este mundo idílico de salud y libre mercado, solo hay un problema: el gasto público… Porque ya 3 gobiernos han sumado empleados y creado oficinas que se encargan de supervisar el adecuado uso de las sílabas LOS y LAS.

Estos 3 gobiernos han creado puestos para reducir el desempleo… Pero no han creado ni generado trabajo solo han reducido el desempleo para que nos les silben cada 1 de mayo y no les tiren tomates cada 4 años. Ahora bien, en esta realidad alternativa caemos al 17 de septiembre de 2020 que como diría Doc Brown es uno de esos puntos primordiales. Esos días tienen que pasar porque tienen que pasar.

Y llega el FMI y la OCDE y ven los números del país…

No se ven del todo bien. En especial los del gasto público, pero como no hubo pandemia y el sector turismo, bares y restaurantes no cerraron el desempleo sigue siendo un aún cancerígeno 12% pero al menos no metastásico de 24% (o más)… Ahora bien, ambas instituciones ven la hoja de balance del gobierno y le dicen:

“Mirá, estas gastando mucho en pagar préstamos, y estas pidiendo mucho en préstamos para pagar salarios y por ahí veo un llavero y un viaje al Vaticano y otro a Nueva York para vender frutas, que no te están ayudando a salir de las deudas. Lo que tenés que hacer es dejar de gastar en güevonadas y hacer que la gente trabaje un poquito más. En este invento nuevo que se llama empresa privada. Y bueno quien sabe quizás ahorrar…”

Y en ese preciso momento sin realmente tomarse la molestia de terminar de oír el consejo de estos y otros organismos internacionales. El gobierno dice “¡Ah pero si cobro alguito por toda transacción que se haga, con eso salgo de las deudas!” … Tras oír esa idea el FMI, el BCIE, la OCDE y todas las demás personas que estaban en la sala, salen corriendo despavoridas al baño a lavarse los ojos y los oídos y a pedir perdón por sus pecados rezando para que ese nivel de estupidez no sea contagiosa.

Eso sí en la estampida de escape morimos, usted, yo, nuestros sueños y aspiraciones y 3 generaciones que aún no habían nacido.

El Gobierno de Costa Rica se queda solo en la sala asume que el sonido de los pasos en desbandada eran aplausos y después de agradecer a los y las que ya no están asume Isaac Newton debería de sentirse avergonzado de inventar el cálculo y no el impuesto a las transacciones bancarias, interpreta el encontrarse solo como señal de ser los y las elegidas y da marcha al plan.

Si alguna vez se preguntó cómo fue vivir en la Costa Rica de 1821 el gobierno del bicentenario se encarga de retrocederlo 200 años al pasado.

Cuenta las leyendas que hace 200 años no había tarjetas de crédito, ni PayPal, ni transferencias SWIFT, ni agua corriendo en tuberías, energía eléctrica y que el Polio, la Lepra, la Tuberculosis, el Cólera y la Disentería tenían una mortalidad más alta que el Covid19…

Hace 200 años era más fácil ver una estrella fugaz que un billete. Las distancias eran tan largas que viajar se hacía por trabajo o pastoreo no por gusto y/o para subir la foto a Instagram. En ese mundo pre bancario moderno. El intercambio era rey y hacerle un hueco a la pared de la casa para rellenarlo con los ahorros era el equivalente moderno de sostener la pared de zinc con la antena de televisión satelital para ver a San Keylor atajar penales.

Con esto le quiero decir que aproveche vaya al cajero -antes de que le cobren-, saque para comprar un mazo si no es de ese 24% si trabajo y escoja la pared más honesta que tenga su casa, porque los bancos ahora serán cosa del pasado. Si no tiene mazo ya verá qué pronto lo hará igual pero con la cabeza…

Porque ahora el Estado cobra más de lo que los bancos pagan por intereses.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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