Por Gregor Tholl (dpa)
Bonn, 27 ene (dpa) – Hace 50 años, la República Federal de Alemania dio el paso para suavizar la hasta entonces prohibición total de la distribución de pornografía, permitiendo una liberación limitada.
El 28 de enero de 1975 entró en vigor la nueva redacción del artículo 184 del Código Penal. Seguía estando prohibido ofrecer pornografía en lugares accesibles para menores, como en kioscos, así como su distribución en la radio y la televisión.
En la República Democrática Alemana (RDA), la pornografía permaneció oficialmente prohibida hasta 1990, existiendo solo de manera clandestina como mercancía de contrabando.
“Solo debía castigarse lo que se consideraba socialmente perjudicial”, dice el historiador cultural Paul Horntrich. Se refiere a representaciones que podían incitar a los espectadores a cometer delitos, como aquellas con contenido sexualizado relacionado con la violencia, los animales, los niños y los adolescentes.
El hecho de que la liberación de la pornografía no se implementara hasta 1975 tuvo una larga historia previa. “Alemania se había adherido en 1923 a un acuerdo internacional para combatir la distribución de publicaciones obscenas, que fue promulgado por iniciativa de la Sociedad de Naciones en Ginebra”, dice Horntrich. Este acuerdo seguía siendo válido y debía ser rescindido antes de que se pudiera permitir la distribución de productos cuyo comercio el acuerdo trataba de impedir.
El acuerdo, que tenía entonces unos 50 años, dejó de estar en vigor el 25 de enero de 1975.
“Casi al mismo tiempo que Alemania, también Francia, Italia y Portugal la liberaron”, dice Horntrich. “Austria siguió con retraso en 1977 con una liberación parcial”. A principios de la década de 1990, otros países también abandonaron sus prohibiciones totales de la pornografía y liberaron las leyes correspondientes.
Sin embargo, la pequeña Dinamarca fue la pionera global, con su tradición de “Frisind” (libertad/tolerancia, especialmente en la moral sexual y respecto a estilos de vida alternativos), como explica el historiador Detlef Siegfried.
“La decisión del Folketing en 1967 colocó a Dinamarca en el centro del debate internacional sobre la tan ansiada liberación de la moral sexual en las sociedades occidentales”, escribe el alemán, que enseña en la Universidad de Copenhague, en su libro de historia contemporánea “Alternative Dänemark”.
El 2 de junio de 1967, el Parlamento danés permitió la publicación de textos pornográficos, y el 1 de julio de 1969, se aprobó la liberación de las fotografías pornográficas. Ambas decisiones fueron tomadas por una amplia mayoría. En 1971, Suecia siguió con la liberación de la pornografía.
Desde finales de los 60 hasta mediados de los 70, hubo un tipo de turismo sexual algo hipócrita hacia Dinamarca, principalmente por parte de hombres alemanes. Tras la liberación en Dinamarca, cada vez más productos pornográficos inundaron el mercado alemán.
Un hito importante dentro de Alemania que muestra la urgencia de los cambios legales en la República Federal en ese momento fue el “fallo Fanny Hill” de 1969. “El Tribunal Federal de Justicia se ocupó entonces del libro ‘Fanny Hill’, un clásico pornográfico del siglo XVIII, y decidió que el Estado ya no debía imponer el cumplimiento de una determinada moral sexual mediante el derecho penal”, explica Horntrich.
Este fallo, similar al que se dio en Dinamarca en 1965 sobre la misma novela de John Cleland, “Fanny Hill”, según explica el historiador Detlef Siegfried, marcó un cambio hacia el abandono del principio moralista.
A partir de entonces, la justicia asumió que los adultos debían poder decidir por sí mismos qué contenidos desean consumir. El Estado solo debía intervenir para regular aquellos contenidos que se consideraran potencialmente perjudiciales para la sociedad.