Bruselas, 8 oct (dpa) – La OTAN estaría dispuesta a desplegarse en Turquía si fuera necesario, según dijo hoy su secretario general, Jens Stoltenberg, ante las nuevas tensiones con Rusia por su intervención en el conflicto sirio.
“Turquía es un aliado muy fuerte y capaz, pero no hay duda de que la OTAN siempre estaría dispuesta a aumentar (su presencia) y a apoyar”, señaló Stoltenberg tras una reunión de ministros de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bruselas.
“(Hemos aumentado) nuestra capacidad para apoyar y ayudar a todos los aliados, incluso aquellos que están muy cerca de la violencia, cerca de la tensión que vemos en el sur, en este caso, Turquía. Por eso, si es necesario, nos desplegamos”, apuntó.
Al inaugurar la reunión, Stoltenberg había dado apuntado que la alianza estaba considerando reforzar su flanco sur por el conflicto en Siria, que ingresó en una nueva fase la semana pasada con el inicio de los ataques aéreos rusos.
“Nuestros comandantes militares han confirmado que ya disponemos de la capacidad e infraestructura necesaria para enviar una tropa de intervención rápida (NRF) al sur”, manifestó.
La NRF permite desde 2002 el despliegue rápido de tropas por parte de los miembros de la OTAN en reacción a una crisis. El año pasado la fuerza fue incrementada en respuesta a las acciones de Rusia en Ucrania.
El país más destacado del flanco sur de la Alianza Atlántica, de 28 miembros, es Turquía, que el pasado fin de semana sufrió dos incursiones en su espacio aéreo por parte de aviones de guerra rusos que se dirigían a Siria. Oficiales de la OTAN consideraron que estas violaciones al espacio aéreo turco no parecen haber sido accidentales.
Según indicaron fuentes del encuentro en Bruselas, el ministro turco de Defensa, Vecdi Gonul, pidió una presencia más fuerte de la OTAN, así como mayores capacidades de defensa aérea en su país, pero no solicitó una intervención de la NRF.
“Si hay un ataque armado contra Turquía la OTAN estará dispuesta (…) a responder con cualquier medida defensiva”, dijo por su parte el embajador estadounidense en la alianza, Douglas Lute.
El secretario de Defensa estadounidense, Ash Carter, visitó esta semana España e Italia, donde destacó que “la explosión de violencia y anarquía que caracterizan gran parte de Oriente Próximo y el norte de África está teniendo un efecto significativo” en el flanco sur.
La OTAN ya estacionó baterías de misiles Patriot en Turquía en 2013 para evitar ataques desde Siria. Pero Estados Unidos y Alemania anunciaron la retirada de las baterías que aportaron. Washington alegó una revisión de su postura de defensa global, mientras que Berlín consideró que la amenaza se redujo.
La ministra de Defensa alemana, Ursula von der Leyen, defendió hoy la decisión de su país. “La cuestión es qué amenaza puede evitarse, en qué manera y en ese contexto la decisión es adecuada”, dijo en Bruselas.
El inicio de la campaña de ataques aéreos rusos en Siria la semana pasada marcó una nueva fase en el conflicto, que ya lleva cuatro años. En teoría los ataques se dirigen contra la milicia terrorista Estado Islámico (EI), pero Occidente asegura que en la práctica también se atacó a opositores al presidente sirio, Bashar al Assad.
“Rusia está provocando que una situación muy grave sea mucho más peligrosa en Siria”, manifestó el ministro de Defensa británico, Michael Fallon, a periodistas en Bruselas.
“Pediremos a Rusia específicamente que deje de apoyar al régimen de Al Assad, que utilice constructivamente su influencia para frenar los bombardeos de Al Assad a la población civil y que evite el uso de munición no guiada en áreas que no estén controladas por el ISIL”, dijo utilizando un acrónimo del Estado Islámico.
Los ministros también debatieron hoy la futura implicación de la OTAN en Afganistán, después de que los talibanes conquistaran Kunduz la semana pasada. La ciudad fue recuperada poco después por las fuerzas afganas, pero el incidente provocó que se cuestionara si la OTAN debe retirarse del país como estaba previsto.
La alianza planeaba en principio tener una presencia menor, de carácter civil, para sustituir a la misión de entrenamiento y asesoramiento militar “Resolute Support”, que concluye a finales de 2016.
Carter consideró que la OTAN debería ajustar sus planes a la situación actual y pidió flexibilidad de todos, mientras que Von der Leyen abogó por no fijar una fecha para la retirada y pidió que no se base en un “calendario rígido”.
“No hemos tomado una decisión final sobre la duración de la misión Resolute Support”, dijo Stoltenberg. “Todos los aliados estuvieron de acuerdo en que continuaremos apoyando a los afganos (…) Lo que estamos debatiendo es en qué formato, con cuántas tropas y cuándo”.
A la vez, advirtió que mantener a un gran contingente de soldados extranjeros en Afganistán no es una solución “sostenible” en el largo plazo. La OTAN tiene actualmente 13.000 efectivos en Afganistán, pese a que el año pasado puso fin a 13 años de operaciones de combate en el país.