Ramalá, 8 ago (dpa) – El padre de un niño de 18 meses que murió en un ataque incendiario contra su casa mientras dormían en Cisjordania falleció también en un hospital israelí a causa de las graves heridas sufridas, informaron hoy fuentes palestinas.
La muerte de Saad Dawabshe, de 37 años, fue anunciada por los altavoces de las mezquitas del pueblo de Douma, al sur de la ciudad de Nablús.
Su hijo de 18 meses había muerto en el ataque, atribuido a extremistas judíos, el 31 de julio. Su esposa y su hijo Ahmad, de cuatro años, siguen en tratamiento en Israel por las graves quemaduras sufridas, en hasta el 80 por ciento de sus cuerpos. El padre fue quien sacó a Ahmad de entre las llamas.
Sobre el muro de la casa de la familia en Douma alguien pintó un grafiti en el que se leían palabras en hebreo, entre ellas “venganza”, así como una estrella de David.
El cadáver fue trasladado hoy de Beersheva a Nablús y enterrado esta tarde en un funeral en el que participaron miles de personas, informó la agencia de noticias Maan.
Según la radio israelí, el Ejército del país aumentó la alerta tras la muerte de Dawabshe y también vigiló el paso del cortejo fúnebre. Al parecer, el peligro de ataques por las dos partes se considera elevado.
Sami Abu Zuhri, portavoz del grupo islamista palestino Hamas, escribió en su Facebook que los palestinos tienen derecho a reaccionar “duramente a crímenes contra los derechos humanos de los ocupadores”.
Según medios locales, los palestinos utilizarán los resultados de la autopsia para llevar el caso ante la Corte Penal Internacional.
El presidente palestino Mahmud Abbas calificó el incendio como un “crimen contra la humanidad” y responsabilizó al gobierno israelí por el hecho. Éste también lo condenó en duros términos, pero organizaciones defensoras de los derechos humanos acusan a Israel de no actuar con suficiente dureza contra los colonos radicales.
Precisamente el caso desató un debate en Israel sobre cómo actuar frente al radicalismo judío.
El gabinete de seguridad israelí decidió extender la prisión administrativa, que permite encerrar a un sospecho sin acusación, a sospechosos judíos. Hasta ahora se empleaba con frecuencia con los palestinos.
La semana posterior al atentado dos judíos ultranacionalistas fueron internados bajo esta figura legal que se aplica a actividades relacionadas con el terrorismo.
