La ofensiva israelí contra el programa nuclear de Irán no empezó la madrugada del 13 de junio; se gestó durante meses bajo un plan encubierto que combinó inteligencia de élite y despliegues quirúrgicos dentro del territorio iraní. Una fuente de seguridad israelí —citada por el Semanario Hebreo — describe cómo el Mosad abrió el camino para la Aviación: infiltró comandos, introdujo armamento especial y neutralizó defensas clave antes de que cayera la primera bomba.
Un trípode operativo dentro de Irán
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Misiles de precisión a las puertas de los SAM
Escuadrones comando del Mosad penetraron el centro de Irán y emplazaron sistemas guiados de alta exactitud en terrenos abiertos junto a baterías antiaéreas tierra-aire (SAM). Cuando comenzó el ataque aéreo, esos misiles se dispararon al unísono, anulando las defensas y despejando el cielo para los cazas israelíes. -
“Vehículos trampa” contra la defensa aérea
En paralelo, agentes encubiertos equiparon vehículos civiles con tecnologías de ataque sofisticadas. Al activarse la señal de inicio, las armas ocultas destruyeron por completo otras plataformas antiaéreas iraníes, reduciendo el riesgo de derribo para la flota israelí. -
Base secreta de drones kamikaze
Meses antes del operativo, el Mosad estableció un depósito de drones explosivos en el corazón del país. Durante la ofensiva, los dispositivos volaron hacia la base de Asfaqabad, cerca de Teherán, y golpearon lanzadores de misiles tierra-tierra capaces de amenazar objetivos estratégicos en Israel.
Objetivo: cegar, paralizar y golpear
La inteligencia previa incluyó vigilancia constante sobre altos mandos del CGRI y científicos nucleares de primer nivel, varios de los cuales —según la fuente— fueron “eliminados” en los compases iniciales del ataque. El propósito: desarticular simultáneamente el arsenal de misiles estratégicos y la cadena de mando que sostiene el programa atómico iraní.
La lógica tras la operación
El reporte subraya la combinación de audacia operativa y precisión quirúrgica como sello del Mosad. Para Jerusalén, explicó la fuente, la clave era garantizar que cuando Israel apretara el gatillo aéreo, Irán estuviera ciego y sus sistemas de respuesta, anulados. Solo así se podía golpear “el corazón” de las ambiciones nucleares sin arriesgar una lluvia de misiles de represalia inmediata.
Un mensaje entre líneas
La filtración, difundida por Semanario Hebreo, llega mientras la comunidad internacional debate la legitimidad del ataque. Al detallar los pasos previos, Israel deja entrever que su capacidad de operar dentro de Irán es profunda y sostenida, y que cualquier reconstrucción de las defensas o el programa nuclear podría volver a ser vulnerada.