Nairobi, 5 abr (dpa) – En Kenia dieron comienzo hoy los tres días de duelo oficial por las 147 víctimas de la masacre de milicianos islamistas en la universidad de Garissa.
En todo el país ondeaban las banderas a media asta y los fieles recordaron a las víctimas en las misas de domingo de resurrección.
También el papa Francisco recordó en sus oraciones en la principal eucaristía de Semana Santa a los estudiantes muertos en Kenia: “Pidamos a Jesús victorioso para que alivie los sufrimientos de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre”, dijo el pontífice argentino.
La milicia terrorista Al Shabaab asaltó el jueves la universidad de Garissa y mató a 148 personas, la mayoría de ellas estudiantes cristianos. Cuatro de los agresores murieron tras un asedio de 16 horas. Los agresores, según el gobierno, se volaron por los aires.
En el ataque participó también el hijo de un funcionario del gobierno de Kenia, según confirmó hoy el portavoz del gobierno Mwenda Njoka, quien señaló que el padre del abogado Abdiram Abdullahi denunció la desaparición de su hijo. “En el momento del ataque se lo buscaba. Su padre ha apoyado a las fuerzas de seguridad”, dijo Njoka, quien sin embargo no confirmó que Abdullahi fuese uno de los cuatro asaltantes muertos.
El diario “The Star” informó que residentes de Garissa reconocieron el cadáver de un joven cuyo padre es -según la información- consejero en el distrito de Mandera, que se encuentra en noreste de Kenia, en un área que limita con Somalia y Etiopía.
El presidente Uhuru Kenyatta aseguró el sábado que su gobierno iba a responder con toda la dureza posible a los responsables del ataque. “Haremos todo lo posible para defender nuestra forma de vida”, dijo.
Las autoridades informaron de la detención de cinco personas relacionadas con el ataque. Además, más de un centenar de heridos están siendo atendidos en hospitales de Garissa y Nairobi.
Unos 500 estudiantes supervivientes del ataque salieron el sábado de Garissa en autobuses para regresar con sus familias. La población donó alimentos, ropa y dinero a las víctimas.
La Cruz Roja hizo un llamamiento en Garissa para que la población done sangre. La universidad permanecerá cerrada indefinidamente por orden del gobierno.