Cristina Kirchner deja el gobierno pero no el poder

Cristina-FernandezANÁLISIS

Por Gabriel Túñez (dpa)

Buenos Aires, 21 jun (dpa) – La decisión de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de no postularse en las próximas elecciones nacionales no significa, sin embargo, que tenga pensado dejar el poder político.

Pese a diferentes especulaciones, el nombre de la mandataria estuvo ausente en las listas de postulantes a cargos ejecutivos y legislativos que competirán en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del próximo 9 de agosto.

Durante meses, políticos de la oposición y algunos medios de prensa especularon con la posibilidad de que la jefa de Estado intentara buscar un lugar en el Parlamento del Mercosur (Parlasur) después del 10 de diciembre. El objetivo de esa eventual candidatura: lograr fueros legislativos que impidieran, una vez afuera del gobierno, que la Justicia pudiera alcanzarla con investigaciones de presuntas irregularidades en su gestión.

Sin embargo, la lista de postulantes kirchneristas al Parlasur no incluyó su nombre, aunque sí los de varios colaboradores cercanos, entre ellos quien encabezará la nómina, el ex ministro de Relaciones Exteriores Jorge Taiana.

Pero que Fernández de Kirchner deje la presidencia en poco menos de seis meses no significa que también renuncia a su influencia política en el país.

La jefa de Estado designó personalmente a la gran mayoría de quienes competirán por una banca legislativa en las próximas primarias, con el relevante detalle de que uno de los candidatos a diputado nacional será su hijo mayor, Máximo, en representación de la provincia patagónica de Santa Cruz, tierra natal de su padre, el fallecido ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007).

De lograrlo, Máximo Kirchner no llegará solo al Parlameno sino que, seguramente, lo hará acompañado por al menos una veintena de dirigentes que militan en la agrupación política que fundó en 2006 con el nombre de “La Cámpora”, en homenaje al ex mandatario argentino Héctor Cámpora, quien estuvo al frente del gobierno solo durante 49 días entre el 25 de mayo y el 13 de julio de 1973.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, el secretario general de “La Cámpora”, Andrés “Cuervo” Larroque, y el jefe de Gabinete, Eduardo “Wado” De Pedro, son algunos de los nombres más relevantes elegidos para intentar sumarse a la próxima conformación de la Cámara de Diputados.

La influencia de la mandataria en las decisiones electorales ya quedó en evidencia el martes pasado cuando acordó que el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini -en el gobierno desde los comienzos del kirchnerismo, hace 12 años- integre la fórmula presidencial como candidato a vicepresidente de Daniel Scioli, el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Kirchner no solo promovió la presencia de Zannini en la dupla presidencial sino que también puso fin a las aspiraciones electorales de su ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, que buscó ser el adversario de Scioli en las PASO en representación del kirchnerismo “más puro”.

“La apuesta de Cristina muestra una visión histórica en la que las ventajas inmediatas y el trapicheo electoral se insertan en una construcción de largo plazo”, escribió hoy el periodista Horacio Verbitsky en el diario “Página/12”, cercano al gobierno.

Joaquín Morales Solá, editorialista del diario “La Nación”, crítico de la gestión kirchnerista, apuntó que la presidenta “nunca será oficialista de oficialismos ajenos” y que su poder de cara al futuro “está acampando en el Parlamento” con la presencia en las listas de dirigentes de su confianza.

La próxima convocatoria a las urnas será la primera desde 1989 en la que Cristina Kirchner no sea candidata: fue diputada de la provincia de Santa Cruz (1989-1995), senadora (1995-1997, 2001-2005 y 2005-2007), diputada (1997-2001) y presidenta (2007-2011 y 2011-2015).

“Quiero decirles que siempre estaré con ustedes en todos los momentos”, pronunció Kirchner este sábado en un discurso frente a miles de militantes partidarios.

Tras ocho años de gestión (o doce, si se suman los cuatro de la presidencia de su esposo, Néstor Kirchner), la jefa de Estado dejará el gobierno, aunque en otros ámbitos políticos del país mantendrá el poder.

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