Reportaje

Catherine Deneuve y un centenar de mujeres francesas denuncian ‘totalitarismo’ de #MeToo

Por Valeriya Safronova

París, 11 ene (NYT) – Mientras que en Hollywood hubo muestras de apoyo al movimiento #MeToo este fin de semana en los Globos de Oro, con actrices vestidas de negro y varios pronunciamientos, una reconocida actriz del otro lado del Atlántico acaba de poner su nombre en una carta pública que critica al movimiento y a su homólogo francés, #BalanceTonPorc (“Exhibe a tu cerdo”).

Catherine Deneuve, quien trabajó con Luis Buñuel, François Truffaut y Roman Polanski, se unió a otras francesas, más de cien, de los ámbitos del entretenimiento y la academia para redactar la carta, publicada en el periódico Le Monde. En esta argumentan que los movimientos y etiquetas, que han sido usados por mujeres y hombres para discutir las conductas sexuales inapropiadas y los casos de acoso y abuso, han llegado demasiado lejos al exponer de manera pública experiencias privadas y crear lo que tildaron de un ambiente de totalitarismo.

“La violación es un delito. Pero el coqueteo insistente o torpe no lo es, ni es la caballerosidad una agresión machista”, dice la carta. “Como resultado del asunto Weinstein, ha habido una concientización legítima de la violencia sexual que viven las mujeres, particularmente en el ámbito laboral, en el que algunos hombres abusan de su poder. Era algo necesario. Pero ahora esta liberalización del discurso se ha puesto de cabeza”.

Las signatarias afirman que el movimiento #MeToo (#YoTambién) ha conllevado una campaña de acusaciones públicas que han puesto a personas que no lo merecen en el mismo nivel que violadores y delincuentes sexuales sin que tengan la oportunidad de defenderse. “Esta justicia expedita tiene víctimas, hombres a los que como castigo no se les permite ejercer su profesión, son forzados a renunciar y más, cuando lo único que hicieron mal fue tocar una rodilla, intentar robarse un beso o hablar de cosas ‘íntimas’ en una cena de trabajo o enviar mensajes con connotaciones sexuales a una mujer que no correspondía esos sentimientos”, escriben las francesas, cuya carta fue traducida por reporteros de The New York Times.

Uno de los argumentos que hacen las que redactan la misiva es que, en vez de empoderar a las mujeres, #MeToo y #BalanceTonPorc han quedado al servicio de los intereses de “enemigos de la libertad sexual, de extremistas religiosos, de los peores reaccionarios” y de quienes creen que las mujeres con “seres ‘separados’, niñas que aparentan ser adultas y demandan ser protegidas”. Escriben que una mujer “puede, en un mismo día, liderar un equipo profesional y disfrutar ser el objeto sexual de un hombre, sin tener que ser considerada ‘mujer promiscua’ ni una cómplice vil del patriarcado”.

Creen que la amplitud de los movimientos termina por reprimir la expresión y libertad sexual, con ejemplos como pedidos de casas editoriales de que algunos personajes sean “menos sexistas” o de una ley en Suecia que volverá obligatorio que haya consentimiento expreso antes de una actividad sexual. “Damos un paso más y dos adultos que quieran acostarse juntos primero tendrán que revisar por medio de una aplicación en su celular un documento que establezca que sí aceptan y qué no al hacerlo”.

Aunque las autoras no esclarecen qué sí sería una mala conducta sexual y qué no, dicen que tienen la “previsión suficiente para no confundir un torpe intento de ligar con el abuso sexual”.

Las respuestas a la carta en redes sociales fueron desde apoyo al mensaje hasta la hostilidad. Asia Argento, actriz italiana que es una de las mujeres que acusa a Weinstein de haberla violado, criticó la carta en Twitter. “Aquí Catherine Deneuve y otras francesas le dicen al mundo qué tanto les ha lavado el cerebro la misoginia que han interiorizado”.

Christina Hoff Sommers, quien dio a conocer el término “víctima feminista” –sostiene que el feminismo actual ha llevado a las mujeres a verse a sí mismas como frágiles y qu pueden ser fácilmente traumatizadas–, celebró la carta en un tuit en el que agregó que la “cruzada de #MeToo” ha “caído en excesos”.

En Francia, decenas de miles de mujeres han compartido sus historias con la etiqueta #BalanceTonPorc desde que la periodista Sandra Muller la usó en octubre para denunciar comentarios inapropiados por parte de un empresario francés. Esas revelaciones y anécdotas llevaron a la discusión legislativa de posibles medidas que resulten en multas para quienes se comportan en público de manera lasciva contra las mujeres.

Deneuve también defendió en marzo al director Roman Polanski, quien admitió en 1977 haber tenido sexo con una niña de 13 años –la ahora mujer dice que fue drogada y violada– y ha sido acusado por otras dos personas de intentar forzarlas a tener sexo cuando eran menores de edad.

Al cierre de la carta, las signatarias exhortan a las mujeres a no victimizarse y a aceptar los bemoles de las libertades. “Los accidentes que pueden afectar al cuerpo de una mujer no necesariamente afectan con ello su dignidad y no deben, por más difíciles que sean, volverla una víctima perpetua”, escriben. “No somos reducibles a nuestro cuerpo. Nuestra libertad interior es inviolable. Y esta libertad que atesoramos no existe sin riesgos ni responsabilidades”.

Aurelien Breeden, Debbie Leiderman y Peter Libbey colaboraron con la traducción de la carta.

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