Pekín, 24 ago (dpa) – Caterine Ibargüen regaló hoy a Colombia otro oro en los Mundiales de atletismo al revalidar en Pekín el título que conquistó hace dos años en Moscú, confirmándose como la gran dominadora de la especialidad a menos de un año para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
“Tenía un gran sueño de escribir mi nombre en el libro de los grandes resultados del atletismo a nivel mundial. Para eso trabajé”, dijo la atleta de 31 años tras ganar la final de los Mundiales de Pekín.
“El secreto está en la sangre, en las ganas que siempre tengo de triunfo, en la sed de estar ganando, en la responsabilidad y el compromiso que tengo con el atletismo”.
La colombiana conquistó su segunda corona mundial con una marca de 14,90 metros, su mejor registro de la temporada, que le permitió superar con holgura a sus rivales en la capital china.
La israelí Hanna Knyazyeva-Minenko se colgó la plata con 14,78, en la que fue la primera medalla femenina de su país en unos Mundiales de atletismo, y el bronce fue para la kazaja Olga Rypakova, la campeona olímpica, con 14,77.
Ibargüen logró la marca ganadora en su cuarto intento en el estadio conocido como el Nido del Pájaro, aunque los 14,80 que consiguió en el segundo ya le hubieran bastado para volver a ser campeona mundial.
Su próximo objetivo está claro: el oro olímpico, el único gran título que le falta a la también campeona panamericana.
“Río es uno de mis grandes objetivos, creo que es la cereza que le falta al pastel, seguiré trabajando para eso”, aseguró la atleta de enorme sonrisa en la rueda de prensa posterior a su triunfo, demorada porque tenía que recoger la medalla en el podio.
El de hoy fue un triunfo muy emotivo para Ibargüen. La colombiana, natural de Apartadó, en el norte de su país, no pudo clasificarse para los Juegos Olímpicos de Pekín, que se disputaron en el mismo escenario de hoy. En aquella época practicaba salto de altura. Después decidió cambiar al triple.
“No haber clasificado a las olimpiadas cambió mi vida, mi historia deportiva. Quería llegar a este estadio. Gracias a dios hoy lo consigo y lo conquisto. Tenía ganas de estar aquí”, explicó.
“Soy muy agradecida por lo que pasó, creo que eso cambió mi vida y creo que todo pasa por algo en la historia de uno. Lo quise, lo amé, pero dios estaba sembrando una nueva historia para mí”.
Ibargüen demostró que sigue en la cúspide de su carrera. La colombiana acumula ya 29 victorias consecutivas desde 2012 y no parece tener rivales a la vista.
“Estoy contenta de seguir con esta racha de victorias. Pero quiero seguir consiguiendo cosas”, dijo la colombiana.
En Moscú, cuando dio a Colombia su primer oro en la historia de los Mundiales de atletismo -hoy llegó el segundo-, Ibargüen se había impuesto con una marca de 14,85. Hoy lo superó en cinco centímetros para celebrar su tercera medalla consecutiva tras alzar previamente el bronce en Daegu 2011.
“Es una niña que lo ha superado todo con un nivel genial de sacrificio, lucha y disciplina y esto ha sido muy lindo”, dijo a dpa el presidente de la Federación Colombiana de Atletismo, Ramiro Varela, que acompañó a Ibargüen en su salto triple hacia el doble oro.