Era el 22 de agosto del 2022 y todo era “mucho drama” para Juan Carlos Rojas, presidente del Deportivo Saprissa. Así lo escribió en su cuenta de X (antes Twitter), con un emoji de ojo en blanco que parecía minimizar el conflicto legal que recién estallaba con el Hapoel Beer Sheva de Israel por el caso de Jimmy Marín.
En aquel entonces, mientras el representante del jugador, José Luis Rodríguez, advertía: “Veremos qué dice FIFA. ¡Suerte en las próximas ventanas de transferencia!”, el presidente morado optaba por restarle importancia al asunto. Total, ¿qué podía salir mal?
Casi tres años después, el “drama” que él quiso despachar con un tuit le acaba de costar al Saprissa más de 375.000 francos suizos (unos ₡219 millones), según la resolución firme del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), a lo que se deben sumar intereses del 15% y los gastos legales del proceso. Y por si fuera poco, en Costa Rica aún está pendiente otra demanda por el mismo tema: Jimmy Marín y su representante reclaman $120.000 más.
Pero no hay drama, ¿verdad?
El caso comenzó cuando el Hapoel demandó al Saprissa porque este no le pagó el monto pactado en caso de una venta internacional de Jimmy Marín. El club tibaseño alegó que no fue una transferencia sino una rescisión de contrato pagada por el equipo ruso Orenburg. FIFA falló en su contra. Saprissa apeló ante el TAS. Perdió. Otra vez.
Ahora, el club tiene 45 días para pagar o enfrentará sanciones deportivas, incluyendo la imposibilidad de inscribir jugadores.
Para completar el episodio, Juan Carlos Rojas reapareció recientemente en el programa 120 Minutos de Radio Monumental, donde dijo que no atiende a ciertos periodistas porque hacen “show”.
Y sí, tiene razón: el show está servido, pero el guion lo escribió él mismo con ese tuit de 2022 que hoy, con intereses incluidos, podría estar acercándose peligrosamente a los ₡300 millones.
Desde ElMundo.CR, solo podemos decir: qué costoso puede salir un “emoji” cuando se subestima el drama que no lo era tanto.
