Fútbol Nacional

Presidente de Uniffut afirma que no se arrepiente de haber comprado la propiedad

– ¿Qué me puede contar de la propiedad era de la Liga Femenina que usted compró en el año 2012?

Eso fue en el año 2006 si no recuerdo mal y si compró esa propiedad con un dinero que nos dieron del premio del Mundial de Corea y Japón. En ese entonces no teníamos donde reunirnos y se acordó que podíamos usar ese dinero para comprar una casa vieja y remodelarla para que fueran las oficinas de la Liga Femenina de Fútbol. Además, que fuera en el centro de San José para que a todos nos quedara bien a la hora de desplazarnos. 

 Es una propiedad pequeña, de poco más o poco menos de 230 metros cuadrados y con muy poco de frente. Creo que son como 5 metros de frente. Por eso fue que la compramos barata en aquel tiempo. 

– ¿ Para qué se usaba esa propiedad?

— En esa propiedad teníamos las oficinas de la Liga de Fútbol Femenino y le alquilamos a la Federación unos aposentos para algo médico. 

En el 2012 se construye el Proyecto Gol y nos dan a nosotros un espacio en las instalaciones actuales. Ante esto, la propiedad queda sola, sin uso. Entonces, aparte que la Liga no tenía dinero y costaba dinero el mantenimiento, se acordó en la asamblea sacarla a la venta. Estuvo más de un año a la venta y no se logró vender.

– ¿Por qué decidió comprarla?

— Ellos (los asambleístas) un día me propusieron que me la vendían. Les dije que era un tema complicado porque no faltaba quien pensara mal. Al final me insistieron, la compré y la compré al precio que los asambleístas la valoraron. 

—  ¿Por qué lo hicimos? Por qué no había necesidad de oficinas porque teníamos en el Proyecto Gol, se ocupaba dinero para desarrollar el fútbol femenino como lo hemos hecho en los últimos 15 años y para darle sostenibilidad. 

 Existen todos los depósitos de ese entonces. Lo hice con la mejor voluntad posible. 

Me parece a mí que pudo ser un error de parte mía haber comprado esa propiedad, pero lo hice con la mejor intención del mundo porque era un bien que no se podía sostener. Ninguno de los directivos se podía ir a vivir ahí, alquilarlo era difícil y lo único que generaba eran gastos. 

 No me arrepiento porque el desarrollo del fútbol femenino fue y sigue siendo muy importante. Sus dineros e inversiones están capitalizados, la Uniffut sigue manteniendo esos dineros en sus cuentas. 

Y no me robé nada, yo la pagué. Y la compré de acuerdo al avalúo de aquel entonces. 

– ¿Por qué razón se le hipotecó esa propiedad a su hermano Óscar Alfaro?

— ¿Una hipoteca?

– Sí, de $30 mil.

— Creo que se quedó debiendo $30 mil y alguien los prestó para pagar. No recuerdo bien la verdad, eso fue por lo menos hace 15 años. 

– ¿Por qué razón no acudir a un banco si se requería dinero?

— Porque la asociación era muy joven, no tenía respaldos económicos como para que un banco le diera un préstamo. Uno acude a gente que uno conoce, gracias a Dios se salió adelante y se pagó. Al final las hipotecas son así, lo bueno de todo es que se pudo pagar la hipoteca. 

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