ElMUNDO.CR tuvo acceso exclusivo a un informe oficial que revela, con detalles y testimonios contundentes, cómo tres miembros de la dirigencia de la Asociación Deportiva Municipal Turrialba intentaron que sus jugadores amañaran el resultado del partido ante Cariari Pococí, disputado el 10 de febrero de 2025. ¿La razón? La difícil situación económica del club y la promesa de resolver una deuda de siete millones de colones con dinero proveniente de una supuesta apuesta.
Un acuerdo, una reunión y una propuesta irregular
Todo comenzó la noche anterior al partido, el 9 de febrero, cuando el club presentó públicamente un convenio con una supuesta organización internacional llamada “Turrialba Fútbol International Management”. Participaron el presidente del club, Rolando Pereira Calderón, el exfutbolista Andy Herrón, el exmundialista mexicano Pavel Pardo, y Ernesto “Neto” de la Torre, presentado como nuevo gerente deportivo. Al día siguiente, comenzaría el episodio que ahora tiene al equipo bajo el foco de la Comisión de Ética.
A las 3:00 p.m. del día del partido, diez jugadores fueron citados con carácter urgente y obligatorio a una casa en El Coyol de Turrialba, utilizada como casa club. La convocatoria fue realizada por Steven Rivas Granados, quien figuraba como técnico interino y asistente administrativo. Al llegar, los jugadores fueron divididos en dos grupos e ingresados a un dormitorio, donde los esperaban Pereira, de la Torre y Enrique Valencia (entrenador).
El ofrecimiento: perder a cambio de dinero
Según los testimonios recabados por la Oficialía de Integridad, los dirigentes explicaron que el club pasaba por una crítica situación financiera. Luego, solicitaron directamente a los jugadores perder el partido por al menos dos goles en el segundo tiempo. A cambio, les ofrecieron $300 dólares a cada uno, y la promesa de colocarlos en clubes de México o incluso en equipos de Primera División en Costa Rica.
Los jugadores rechazaron el ofrecimiento. Incluso un futbolista que no asistió a la reunión, el arquero Bravan Cordero Varela, fue abordado fuera del camerino por Enrique Valencia minutos antes del juego con la misma propuesta, que también rechazó.
Un vestuario dividido y en shock
La tensión fue evidente al llegar al estadio Rafael Ángel Camacho. Algunos jugadores se negaban a jugar, mientras otros expresaban confusión y preocupación por lo que acababan de vivir. Finalmente, en una reunión de camerino, los futbolistas acordaron disputar el encuentro y desobedecer la orden de perder. El partido concluyó con victoria 2-1 para Cariari Pococí, sin que se cumpliera el supuesto “pacto”.
Tras el partido, el jugador Juan Solano fue a hablar directamente con los dirigentes para pedir que una situación así no se repitiera.
La reacción de los futbolistas y el intento de encubrimiento
Los días posteriores al encuentro fueron caóticos. En chats internos de WhatsApp —“Primera División” y “Camerino Turri”— los jugadores expresaron su malestar y miedo. Algunos mensajes revelan el nivel de presión psicológica que sintieron:
“Nos intentaron meter en la cabeza, insistieron 4 o 5 veces”,
“Uno lo hace dudar, increíble”,
“Me ofrecieron ir a Primera… ya lo habían pedido en México”.
El 12 de febrero, la dirigencia intentó justificar lo sucedido diciendo que todo había sido una simulación para medir la integridad del plantel. Alegaron que se trataba de una prueba. Sin embargo, la Oficialía de Integridad consideró que dicha versión carece de lógica y se presenta más como un intento de encubrimiento, especialmente porque solo se ofreció esa explicación después de que los jugadores rechazaran el amaño.
Un caso sin precedentes recientes
Este caso representa una de las acusaciones más graves de intento de manipulación deportiva en el fútbol costarricense en los últimos años. La recomendación del informe es clara: que si se acreditan los hechos, se proceda con sanciones personales y al club, y que estas sean notificadas a la FIFA para su eventual extensión internacional.
La credibilidad de los testimonios, la coherencia de las pruebas (conversaciones de WhatsApp, ubicaciones, listas de citación, entre otros) y el contexto financiero que vive el club hacen que el caso avance hacia una posible apertura de procedimiento disciplinario.