En Alajuelense no hay tiempo para lamentos. La derrota en la gran final ante Herediano dejó secuelas, pero también aceleró decisiones que ya se venían cocinando en silencio. La planificación para la próxima temporada no puede esperar, y menos en un calendario exigente que incluye campeonato nacional y Copa Centroamericana, cuyo sorteo será el próximo 3 de junio.
Mientras los focos apuntaban a los jugadores que podrían salir o a los ajustes tácticos de Óscar Ramírez, en los pasillos del Morera Soto se ha gestado una movida de fondo: la dirigencia valora con fuerza entregar la gerencia deportiva a uno de los suyos, una figura que no necesita presentación en el liguismo: Javier Delgado Prado.
“El Sheriff”, como lo conocen todos en el entorno rojinegro, ya sabe lo que es ocupar ese cargo. Lo hizo en 2018, cuando Fernando Ocampo asumió la presidencia del club. Sin embargo, aquella fue una etapa marcada por las limitaciones económicas. En lugar de construir con ambición deportiva, le tocó ordenar prioridades, enfrentar deudas urgentes y evitar que el club caminara hacia una catástrofe administrativa. La consigna era clara: “La Liga no se vende. La Liga no quiebra”.
Hoy, Delgado vuelve a estar en el centro de la mesa de decisiones. Lleva un año dentro del CAR, liderando la coordinación de la cantera, y conoce de primera mano el material disponible en las divisiones menores. Además, ha trabajado estrechamente con Óscar Ramírez, lo que le da un panorama completo de las necesidades del primer equipo.
La posible designación no solo responde a la urgencia del calendario. También es una forma de reconectar con las raíces del club, con alguien que fue campeón como jugador, como técnico y que tiene autoridad para liderar procesos internos con identidad y compromiso.
Si se concreta, esta segunda etapa como gerente deportivo tendría un matiz diferente: más herramientas, mejor panorama económico y una proyección deportiva clara. El objetivo es devolverle al club la solidez institucional que necesita para, ahora sí, ir con todo por la estrella 31.
