Madrid, 11 jun (dpa) – Los restos de Miguel de Cervantes, célebre autor de “El Quijote”, descansan desde hoy en la iglesia del convento de Las Trinitarias de Madrid, en cuya cripta fueron hallados hace tres meses por un equipo de expertos.
El monumento funerario, que atesora los restos del literato español, los de su esposa y los de otras personas enterradas junto a ellos, fue inaugurado por la alcaldesa en funciones de la capital española, Ana Botella, y por el director de la Real Academia Española (RAE), Darío Villanueva.
El acto, en el que se rindieron honores militares a Cervantes, tiene lugar tres meses después del hallazgo de los huesos del escritor y un año antes de la celebración del cuarto centenario de su muerte.
“Yace aquí Miguel de Cervantes Saavedra 1547-1616”, reza la placa conmemorativa del sepulcro, que incluye también unos versos del literato: “El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todos esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir”.
La búsqueda del enterramiento de Cervantes arrancó entre gran expectación en abril de 2014, cuando un equipo de más de 30 investigadores accedió a la cripta de la iglesia del convento de Las Trinitarias, situada en el céntrico Barrio de las Letras de Madrid.
El autor de “El Quijote” pidió ser enterrado allí como agradecimiento a la orden Trinitaria por haberle librado de los más de cinco años de cautiverio que sufrió en Argel. Pero sus restos fueron reubicados dentro del inmueble debido a unas obras llevadas a cabo a finales del siglo XVII y principios del XVIII.
La pista definitiva surgió el pasado marzo con el hallazgo de un viejo osario en el que se identificaron los restos de 17 personas, entre ellas Cervantes. El forense Francisco Etxeberría, director de los trabajos de búsqueda, aseguró haber identificado los huesos del escritor, aunque sin un aval de pruebas de ADN.
“Son muchas las coincidencias y no hay discrepancias. Todos los miembros del equipo estamos convencidos de que tenemos fragmentos de los restos de Cervantes”, anunció en una multitudinaria rueda de prensa que provocó cierta polémica por la ausencia de certezas.
Los restos del escritor español más universal, considerado el autor de la primera novela moderna, formaban parte de un conjunto formado por miles de fragmentos y “esquirlas de huesos” difícil de separar por su fuerte deterioro.
El equipo de búsqueda utilizó un georradar y rayos infrarrojos para rastrear los 200 metros cuadrados de la iglesia del convento, los habitáculos adyacentes, los muros y la cripta, a la que no se accedía desde 1955. Desde hoy, su sepulcro podrá visitarse.