San José, 20 jul (elmundo.cr) – El diputado del Partido Acción Ciudadana, Enrique Sánchez, aseguró que “una Asamblea Legislativa que se permite rechazar 5 veces a una jurista con el currículum de Patricia Vargas, argumentando “cercanías” y no viendo sus atestados, no solo necesita una urgente revisión de su sistema de nombramientos, sino cuestionarse su machismo y su más básica visión de democracia”.
La jueza penal Patricia Vargas González, candidata mejor calificada en el concurso efectuado en la Asamblea Legislativa para elegir magistrados suplentes de Sala III, la cual obtuvo una nota de 93 renunció a este proceso lamentando las «especulaciones» dadas sobre su nombre.
Ante esto, resaltó que «me parece simplemente atroz que no sean mis atestados, mi formación académica o profesional, mi honradez o mi trabajo lo que determine si soy apta o no para el puesto que he concursado, sino el hecho de haber trabajado con alguien que no es del agrado de los y las diputadas por razones que no me atañen de ninguna manera».
De igual forma, apuntó que «una vez alcanzada la certeza de que carece de sentido mantener mi nombre para las próximas designaciones de magistrados y magistradas suplentes de la Sala Tercera, que tiene pendiente de realizar esta Asamblea Legislativa, y supone legitimar un trámite que es imperativo corregir, con todo respeto, le pido ser excluida del concurso que está en marcha».
«Entiendo perfectamente que la selección de magistraturas tiene un componente político, pues son los diputados quienes eligen y está bien que sea de esa manera. Sin embargo, es lamentable que, dada la opacidad del proceso, se permita la entrada de especulaciones que no tienen nada que ver con las condiciones de las personas candidatas para desempeñar el cargo y sobre las cuales estas ni son interrogadas, ni se les permite dar explicaciones, bastando lo anterior para ser descalificadas», destacó.
«En mi caso, han sido aspectos ajenos a mí los que han sido tomados en cuenta. De nuevo, no tener la confianza del parlamento por ‘la cercanía’ a un exmagistrado —como si yo no fuese una persona que se ha formado durante décadas para desempeñar un cargo; que ha dado muestras de independencia en lo personal y en lo laboral y que ha tenido (para aquellos diputados y diputadas a quienes les preocupa esto solamente) cercanía, como letrada, con otros magistrados y magistradas además del señor Arroyo Gutiérrez— es inaceptable desde todo punto de vista».
Para Sánchez, “la carta de la jueza Vargas es elocuente. Las calificaciones de la Comisión de Nombramientos ya no pueden ser un mero acto simbólico, que se ignoran bajo la opacidad un voto secreto. No puede ser que prevalezcan rumores o componendas políticas por sobre la formación y la trayectoria de las personas postulantes”.