San José, 10 may (elmundo.cr) – Son varios los políticos, dirigentes, instituciones, sindicatos y medios de prensa que han enmarcado la oposición al Gobierno del presidente de la República, Rodrigo Chaves, durante su primer año de gestión.
Las críticas son constantes y absolutas en la mayoría de los opositores, y van desde la forma de hablar, hasta sus gestos, e incluso situaciones del pasado del mandatario y el partido que lo llevó al poder, también se suman los cuestionamientos reiterados a cada acción que tome el Ejecutivo.
En ese recuento entre las caras opositoras más evidentes se pueden citar los siguientes:
Los expresidentes. Laura Chinchilla, Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado: Los últimos tres expresidentes son lo que más fuerte han levantado la voz contra el actual mandatario. Chinchilla inició las críticas más fuertes después de ir a Casa Presidencial a pedir apoyo para el BID, y que el Gobierno se lo negara. La última crítica de Chinchilla iba en el sentido que “uno de los principales logros de Chaves es allanarle el camino al Frente Amplio como alternativa de Gobierno para las elecciones del 2026”, no argumentó más allá de eso, pero dejó esa frase para el recuerdo.
Luis Guillermo Solís es otro de los que se ha mantenido activo en las críticas al gobierno actual. “La Administración Chaves Robles sigue sorprendiéndonos. Tiene a todos los sectores relacionados con la exportación y los servicios turísticos contra la pared, y a la agricultura no sólo olvidada sino en proceso de desmantelamiento”, ha sido uno de los cuestionamientos del expresidente Solís.
Por su parte Carlos Alvarado, en una alusión directa al gobierno indicó: “Debemos seguir siendo líderes en libertad de prensa. Debemos seguir siendo líderes en atracción de inversión. Debemos seguir siendo líderes en ambiente. Debemos cuidar la seguridad social. Y para ello, debemos superar la polarización y construir, no destruir”.
Frente Amplio. Muy en línea con su vocación de hacer oposición el partido de izquierda ha alzado la voz de manera constante contra casi todo lo que proponga el Poder Ejecutivo, las críticas son constantes en toda la fracción frenteamplista, pero con más eco las críticas de los diputados Ariel Robles y Antonio Ortega.
La última crítica de Robles al presidente es en el sentido de la Ley de Crimen Organizado. “Hoy los narcos le aplauden la cabezonada a don Rodrigo Chaves y doña Pilar Cisneros”, sin datos y argumentación clara, el diputado de Pérez Zeledón hace un juego de palabras relacionando al narcotráfico con el oficialismo. En general esta ha sido la tónica de ataque del Frente Amplio.
Figuerismo. El figuerismo dentro de la Asamblea Legislativa, encabezado por Dinorah Barquero y Francisco Nicolás, donde también se suma Kattia Rivera, Rosaura Méndez, e incluso la socialcristiana Vanessa Castro, son otro de los altavoces de esta oposición al Gobierno, incluso han utilizado como caja de resonancia la Comisión legislativa que investiga el financiamiento a partidos políticos para darle voz a sus criticas, en este sentido es recordado el espectáculo montado con un troll de redes conocido como Piero Calandrelli, y que al final no ha terminado en nada.
Es tal la crítica de este grupo de diputados al Gobierno, que la diputada Barquero incluso mandó al presidente a usar crema de rosas, después de una marcha antigobierno que reunió en San José a poco más de dos mil personas.
Sindicatos. Los grupos gremiales encabezados sobre todo por el líder sindicalista, Albino Vargas, también es uno de los opositores reiterados del Gobierno. Albino y los sindicatos han hecho esfuerzos para sacar gente a las calles, con resultados poco alentadores, pero lo han intentado y lo seguirán haciendo según lo han expresado.
El último cuestionamiento de Vargas fue: “¿Será que Chaves considera a nuestra Constitución Política y a los tratados de Derechos Humanos como algo “pasado de moda”? Para nuestra fortuna, eso frena sus ímpetus autócratas”.
Otros sectores opuestos fuertemente al Gobierno son las organizaciones estudiantiles universitarias, así como autoridades universitarias públicas, asalariados y pensionados de lujo, grupos LGTBI y un sector muy amplio de la prensa.
