San José, 3 oct (elmundo.cr) – El INTA, en conjunto con la Universidad Quisqueya de Haití, desde hace dos años, viene desarrollando iniciativas de fitomejoramiento participativo, con el fin de contar con variedades mejor adaptadas ante el cambio climático.
La labor de estas dos instituciones se ejecuta en el marco de la Alianza Centroamericana y Caribeña para el Mejoramiento Genético de Cultivos, que, por sus siglas en inglés, se conoce como el Proyecto CACCIA.
Este tiene como objetivo integrar la ciencia y la tecnología aplicada al fitomejoramiento, para contribuir con la seguridad alimentaria en cultivos productivos, nutritivos y resilientes al cambio climático.
Para este caso, el proyecto se ha enfocado en el desarrollo de variedades de frijol, sorgo y camote, procurando desarrollar sus propiedades fundamentales de amplia adaptación y estabilidad de rendimiento; dada la importancia de estos cultivos en el ámbito regional para los pequeños agricultores.
El Proyecto es apoyado a su vez por, el Laboratorio de Innovación para el Mejoramiento Genético de Cultivos de la Universidad Cornell y la cooperación del programa Feed The Future de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), contribución que ha hecho posible su ejecución y éxito, según manifestó el director ejecutivo del INTA, Roberto Camacho Montero.
Por su parte, para el viceministro de Agricultura y Ganadería, Julián Arias Varela, el objetivo de la alianza es promover un trabajo conjunto entre los institutos nacionales de investigación agrícola regionales, para gestionar desde el ámbito local, el mejoramiento genético de cultivos, con un fuerte enfoque de investigación participativa en favor de las comunidades, a fin de apoyar a las diferentes partes interesadas, incluyendo a los jóvenes y las mujeres.
“Esta estrategia de trabajo además de dar respuesta real a las necesidades de los productores y comunidades, promueve la adopción de la tecnología, al involucrar a los productores desde su definición y validación”, afirmó, Arias Varela.
Durante la última semana de setiembre, el INTA realizó un acto oficial para presentar los avances del proyecto CACCIA. La actividad, realizada durante tres días, tuvo inicio en un magno evento, realizado en San José, así como con visitas de campo a la Estación Experimental Fabio Baudrit de la Universidad de Costa Rica, en la ciudad de Alajuela, y a la Estación Experimental Enrique Jiménez Núñez, en Cañas, Guanacaste.
A través de las visitas de campo se dieron a conocer las metodologías y procesos del trabajo de investigación por parte del INTA y de la Universidad de Costa Rica (UCR). En estas giras participaron directores de INIA’s de Centroamérica y el Caribe, representantes de centros internacionales de investigación, así como de ILCI, el USAID y, con personal de distintas especialidades y productores locales. Concluyó con la visita y el intercambio con productores de sorgo en el cantón de Nicoya, los participantes quedaron gratamente complacidos con los resultados del proyecto a la fecha.
“Nuestra ambición es que los programas nacionales, aquellos que estamos en contacto directo con los productores de nuestros países, lideremos proactivamente los procesos de investigación para el desarrollo de variedades vegetales. Por supuesto, con el apoyo de cooperantes y centros de investigación de alcance regional e internacional. Nuestra hipótesis es que aplicación de novedosas herramientas, tecnologías y métodos en los procesos de fitomejoramiento, servirán como mecanismos para la consolidación de nuestros programas de investigación; y que su aplicación con el apoyo de los cooperantes, será eventualmente aplicada a otros cultivos e implementadas por otros organismos de investigación de Centro América y el Caribe”, comentó Camacho Montero.
El proyecto CACCIA se enmarca como una alianza regional para el desarrollo de variedades vegetales según el modelo del ILCI (Innovation Lab for Crop Improvement) de la Universidad de Cornell (https://ilci.cornell.edu/es/) como un centro de innovación que busca construir un futuro más resiliente, equitativo y con seguridad alimentaria para Centroamérica y el Caribe mediante el avance de la capacidad regional para las innovaciones en materia de fitomejoramiento al buscar tender puentes entre las dicotomías en mejoramiento de cultivos: ciencia agrícola versus desarrollo internacional; investigación social vs. biofísica; prioridades de los fitomejoradores versus preferencias de los agricultores; necesidades de los hombres versus necesidades de las mujeres.