San José, 17 jun (elmundo.cr) – El caso que ha conmocionado al país: un adolescente de 14 años es el principal sospechoso de asesinar a un hombre y dejar herida a una mujer en un aparente sicariato.
La noticia, que estremeció a la sociedad, fue comentada por el candidato presidencial de la Unidad Social Cristiana, Juan Carlos Hidalgo, quien expresó su preocupación y visión sobre la seguridad ciudadana y la justicia juvenil.
“¿Cómo es posible que un muchacho de 14 años, en vez de estar estudiando o mejengueando en sus ratos libres, sea el sospechoso de un caso de sicariato?”, cuestionó Hidalgo, resaltando la gravedad de la situación.
Para el dirigente, la solución a la crisis de inseguridad debe abordarse desde dos frentes. Por un lado, señaló la importancia de combatir las causas sociales que llevan a muchos jóvenes a caer en el crimen organizado:
“Tenemos que emparejar la cancha, creando más oportunidades de educación y empleo para todos, especialmente para los jóvenes en zonas problemáticas”.
Por otro lado, Hidalgo insistió en la necesidad de endurecer las leyes para garantizar la seguridad ciudadana, especialmente en casos de delitos violentos cometidos por menores:
“Es claro que todo criminal violento, independientemente de su edad, debe cumplir su pena en la cárcel, para evitar que el crimen organizado se siga aprovechando de las graves deficiencias de las leyes actuales”.
En ese sentido, el político anunció que están proponiendo una reforma profunda que permita juzgar a los menores que se dedican al sicariato “de acuerdo con la gravedad de sus delitos”. Además, destacó que la reforma busca que los juzgados de ejecución penal, la Dirección General de Adaptación Social y el Instituto Nacional de Criminología puedan ejecutar las penas bajo criterios enfocados en proteger la seguridad de “las personas trabajadoras y honestas del país”.
Con firmeza, Hidalgo reafirmó:
“Repito: nadie, pero absolutamente nadie que haya cometido un crimen violento debería cumplir su condena fuera de prisión”.
Las declaraciones de Hidalgo ponen sobre la mesa un debate urgente sobre la justicia juvenil y la seguridad, en un contexto donde la violencia asociada al crimen organizado afecta cada vez más a jóvenes y comunidades vulnerables.