San José, 20 oct (elmundo.cr) – Claudio Magliona, Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y profesor de esa casa de estudios, señaló que el desarrollo de la tecnología 5G no debe limitarse por posiciones ideológicas.
Esto durante el conversatorio Legislación y Reglamento de Gobernanza de Ciberseguridad en Costa Rica, realizado por el Colegio de Abogados.
Magliona indicó que durante el proceso de licitaciones públicas se debe respetar el marco constitucional, los principios de legalidad e igualdad ante la ley, y que no se dé una discriminación arbitraria.
“La limitación de desarrollar actividad económica, de comercializar, de prestar servicios, pensemos lo grave que puede llegar a ser en un Estado de Derecho como los que nosotros conocemos, de restringir a una entidad, o a varias entidades, ¿no es cierto?, de prestar ciertos servicios o de comercializar ciertos bienes en base a elementos que son discriminaciones arbitrarias, exigencias o decisiones ideológicas“, agregó.
Para Magliona estas discriminaciones ideológicas lo único que logran es “retroceder el avance de las nuevas tecnologías, que son tan necesarias como países como Costa Rica, como Chile y otros de la región”.
“Tenemos que entenderlo, o sea, los procesos digitales, la inteligencia artificial que se nos está viniendo, son procesos complejos. Entonces, tomar decisiones a priori de exclusión o de inclusión que puedan afectar la libre competencia, terminan provocando un daño al sistema completo”, aseguró.
El abogado insistió en que “por eso, el principio más importante en materia tecnológica, no hoy, sino que ayer y mañana, es el principio de la neutralidad tecnológica“.
“Nosotros como países consumidores de tecnología, partir y tomar decisiones ideológicas o a priori respecto de qué tecnología es mejor que la otra, nos va a llevar a todos los elementos que hemos conversado un poco, que no son los que queremos, ¿no es cierto? Lo que uno tiene que buscar es el estándar técnico“, aseguró.
Magliona recalcó que “en el fondo cuando hablamos de delimitar competencia estamos hablando de una palabra clave, control. ¿Cierto? Estamos hablando de control. ¿Quién logra controlar el sistema que estamos, ¿no es cierto?, nosotros, envuelto que es el mundo digital? Y yo, por lo menos, no quiero que lo controle nadie”.
“Yo quiero seguir teniendo una Internet abierta, donde se respete en Internet el principio de Net Neutrality, en materia de compra de tecnología o de licitaciones del sector público, yo quiero seguir manteniendo la neutralidad tecnológica, porque quiero que sigamos abiertos a los mejores productos y servicios que estén disponibles en el mercado”, sostuvo.
El abogado insistió que “las consecuencias negativas sobre todo a países consumidores de tecnología como nosotros de restringir la competencia, me estoy refiriendo a lo que se está viendo hoy día en Costa Rica respecto del decreto que exigiendo el Convenio Budapest como requisito termina excluyendo a ciertas compañías que vengan de los países que no han suscrito el Convenio de Budapest”.
“Ante una situación como la que está ocurriendo hoy día, con el famoso decreto que estamos conversando acá en Costa Rica, obviamente el sistema jurídico tiene que reaccionar, yo no pretendo obviamente entrar a criticar el sistema jurídico de Costa Rica porque según entiendo tiene toda la herramienta y las herramientas tienen que ser ejercidas”, manifestó.
Magliona comentó que “uno tiene que estar preparado como Estado de Derecho para prevenir ya sea iniciativas legales como proyectos de leyes que pretendan restringir la competencia y afectar la neutralidad tecnológica y actos administrativos“.
“Al final del día, el mayor valor, si algo yo creo que es lo más importante que tenemos que tener en nuestros países, es respeto por el orden público económico, la libertad de desarrollar actividad económica y fomentar la libre competencia y evitar restringir la libre competencia. Restringir la libre competencia, lo único que nos va a llevar es a tener tecnología de menor calidad, menos inversión extranjera y menor calidad en las comunicaciones, que es lo más importante”, concluyó.
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