
San José, 26 ene (elmundo.cr)- El Comité de Crédito del Banco Nacional de Costa Rica afirmó que el ICE aprobó un plan de trabajo junto con Hidrotárcoles, donde se habría incluido un cambio en la fecha de entrada de operación del proyecto hidroeléctrico Capulín-San Pablo.
El inicio de operación comercial de la planta estaba pactado dentro del contrato para agosto de 2015, pero una serie de comunicaciones entre el ICE y el contratista dejan en evidencia que el nuevo plazo se fijó para el 1 de junio de 2017.
La entidad, a raíz de esa situación, ahora enfrenta un proceso judicial en el juzgado contencioso administrativo, donde el desarrollador del proyecto reclama un monto de $110 millones.
Aunado a ello, la empresa manifestó días atrás, en una entrevista con este medio de comunicación, que de disolverse el contrato la institución podría enfrentar un nuevo arbitraje internacional por no menos de $300 millones. LEA TAMBIÉN: Eliminar contrato con Hidrotárcoles podría costarle al ICE $300 millones
Tal y como lo ha venido informado EL MUNDO, el comité de la entidad bancaria sacó una serie de legajos donde se pone en entredicho la razón que motivó al ICE a finiquitar el contrato con la empresa, ya que en ellos se suscribe que el cambio de entrada de operación de la planta era para el segundo trimestre de 2017.
Tres miembros del Banco Nacional comparecieron ayer en la Comisión Especial que investiga los créditos bancarios, donde explicaron las razones que motivaron a la institución al desembolso de dinero durante el proceso de construcción de la planta hidroeléctrica.
Siguiendo la cronología de los hechos relatados por el sugerente del banco, Bernardo Alfaro, en octubre de 2013, el banco le emitió una nota al consorcio Hidrotárcoles, donde le señalaba que tenían que cumplir con una serie de requisitos para la aprobación del crédito.
Posterior a ello, se le aprueba el crédito a la compañía con una serie de condicionamientos, y en diciembre de 2013, el ICE también le otorga un periodo de cuatro meses a Hidrotárcoles, en aras de que atienda una serie de requisitos pendientes.
En 2013, los cálculos arrojaron que la planta podría estar terminada y entrando en operación en mayo de 2017, porque el periodo constructivo era al parecer “extenso”, según la empresa especializada en estos proyectos y que fue contratada por la entidad bancaria.
“Nos dijeron que uno de los riesgos que teníamos que cubrir y asegurarnos es que se les conceda esa extensión del plazo a mediados del 2017, para que el contratista tenga el suficiente tiempo de operar el proyecto dentro del plazo máximo de 20 años y obtener una rentabilidad adecuada”, dijo Alfaro.
El 12 de marzo de 2014, es decir unos cuatro meses después de que se había aprobado el crédito, pero sin desembolsar ni un “centavo”, puesto que habían requisitos pendientes, el ICE le habría dicho al desarrollador que se daba por “satisfecho” con los datos garantizados, el plano general de propiedad, las especificaciones técnicas y el plan de trabajo.
“Eso para nosotros fue un elemento muy importante de valoración, porque el plan de trabajo es un documento muy voluminoso, muy extenso, que incluye todo el cronograma constructivo y de obra. Ahí claramente dijo que terminaría el proyecto en junio de 2017, que tenía pendiente el cierre financiero, porque el ICE solo lo da cuando el contratista le demuestra que va a tener el financiamiento que requiere”, manifestó el subgerente.
El Banco Nacional firmó el contrato de crédito en abril de 2014, y días después, el 29 de abril, el instituto supuestamente le avisó a Hidrotárcoles que se daba por “satisfecho” con el cierre financiero.
Al aprobar el cierre financiero, el integrante del comité indicó que con ello se validaba que ya el crédito que otorgarían no era el mismo del 2006, cuando se dio la licitación, puesto que “todo” había subido de precio. El proyecto dejó de costar $107 millones y pasó a tener un valor de $167 millones.
“Cuando el ICE aprueba el cierre financiero está validando el crédito también que nosotros vamos a dar y las fechas de trabajo de construcción de inicio de la obra y está validando el monto total que el proyecto tiene en ese momento”, sostuvo el funcionario bancario.
El presidente ejecutivo del ICE, Carlos Obregón, también fue interpelado por el foro legislativo sobre este caso, donde se contradijo en sus respuestas y terminó reconociendo que sí aceptaron un cambio en la fecha de entrada de operación del proyecto.
Apenas un día antes, el lunes por la tarde, el ICE hizo pública su decisión de romper el contrato con Hidrotárcoles, debido, según una comunicación oficial, al supuesto incumplimiento en los plazos de la entrada de operación de la hidroeléctrica Capulín.
Sin embargo, al aceptar que el cambio de fecha contaba con el visto bueno del propio ICE, las dudas de los diputados se ampliaron.
Tan solo pocas horas después de que asegurara, bajo juramento, que el instituto no tendría que pagar ni un solo colón por resolver el contrato con la empresa Hidrotárcoles, el Banco Nacional de Costa Rica salió a desmentir las afirmaciones de Obregón. LEA TAMBIÉN: Banco Nacional desmiente a Carlos Obregón: ICE tendrá que pagar por resolver contrato con Hidrotárcoles
En un comunicado de prensa, la entidad bancaria señaló que “hará valer la cláusula contractual que obliga al ICE a hondar el 100% de la deuda del Banco Nacional”.
Hace escasos meses, el ente del Estado perdió un proceso similar al no reconocer sobrecostos generados en el proyecto hidroeléctrico Chucás. LEA TAMBIÉN: ICE pierde nueva batalla legal que le obliga a pagar más de $150 millones a PH Chucás
LEA EN UNA SEGUNDA ENTREGA: “ICE ocultó al Banco Nacional diferendo con Hidrotárcoles”