San José, 5 nov (elmundo.cr) – El Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), consideró 386 expertos de diferentes disciplinas de más de 100 países, para realizar un consenso sobre recomendaciones para poner fin al COVID-19 como amenaza de salud pública.
Tres científicas y un economista de la Universidad de Costa Rica (UCR), son quienes representan el país en este estudio.
En este caso los especialistas son: la Dra. Carolina Santamaría Ulloa, directora del Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa-UCR), la Dra. Henriette Raventós Vorst, científica del Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (Cibcm-UCR), la Dra. María del Rocío Sáenz Madrigal, docente de la Escuela de Salud Pública y el Dr. Juan Rafael Vargas, de la Escuela de Economía.
En total, se redactaron 57 recomendaciones, que no aumentarian cargas económicas en los países, están categorizadas en seis aspectos principales: comunicación, sistemas de salud, vacunación, prevención, inequidades, así como tratamiento y atención.
La Dra. Santamaría expresó que “cuando hablamos de acabar con el COVID-19 como amenaza de salud pública no significa que se acaba la pandemia. El ente que declara el inicio y el final de la pandemia es la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo que significa es que, si trabajamos juntos en acciones claras y puntuales, podremos llegar más rápido al escenario deseado de que el COVID-19 deje de amenazar la salud de la población mundial”.
“Es urgente que Costa Rica priorice en disminuir las inequidades sociales; es decir, las diferencias que existen entre diferentes grupos de población y que casi siempre podemos ver en las clases sociales. Estas inequidades ya existían y se han acrecentado a partir de la pandemia. Esto significa que debemos asegurar que toda nuestra población tenga condiciones de vida dignas que les permitan alcanzar el bienestar y que no los coloquen en mayor desventaja cuando enfrentamos escenarios de crisis, como lo es una pandemia”, añadió la Dra. Santamaría.
La recomendación mejor calificada en el consenso, fue: adoptar una estrategia integral a nivel de sociedad que involucre múltiples disciplinas, sectores y actores para evitar esfuerzos fragmentados.
Otra importante recomendación, es recuperar la comunicación y confianza de la ciudadanía, así como involucrar a las comunidades en la gestión de respuesta a la pandemia.
“Una de las enseñanzas más importantes durante el manejo de la pandemia, en relación con estas recomendaciones, es la necesidad de trabajar en equipos interdisciplinarios y con participación de la población. Es evidente que las pandemias no son de manejo exclusivo por el personal de salud, necesitamos comunicadores, antropólogos, psicólogos, líderes comunales, colectivas y organizaciones ciudadanas”, enfatizó la Dra. Raventós.