San José, 14 oct (elmundo.cr) – Tanto la artritis reumatoide (AR) como la psoriásica (APS) son enfermedades inflamatorias autoinmunes, que se producen cuando el sistema inmunológico del cuerpo ataca, por error, tejidos sanos y articulaciones causando dolor, rigidez y hasta hinchazón, recuerda Pfizer.
Debido a que son fáciles de confundir, resulta importante conocer cinco diferencias clave entre ambas, que pueden ayudar en el diagnóstico y tratamiento adecuados para una mejor calidad de vida del paciente.
La primera gran diferencia es que la mayoría de los pacientes con APS presenta primero lesiones de psoriasis en la piel (enrojecimiento y descamación) y, con el tiempo, surge la inflamación en las articulaciones, principalmente en las manos, los pies, las muñecas y rodillas. Por su parte, la AR se presenta más comúnmente en las manos, los pies, hombros, las caderas y rodillas, y puede afectar otras partes del cuerpo como el corazón, la piel, los pulmones, ojos y riñones.
Otra de las características que diferencia a ambas enfermedades es que la artritis reumatoide suele presentarse simétricamente; es decir, una persona puede experimentar síntomas de AR en ambas manos a la vez. Por su parte, la artritis psoriásica normalmente es asimétrica.
Un aspecto distintivo entre ambos tipos de artritis es que aproximadamente el 1% de la población mundial padece de AR, siendo tres veces más común en las mujeres versus los hombres y también más habitual en adultos mayores. Ahora bien, alrededor del 30% de los pacientes con psoriasis puede desarrollar APS y cerca del 85% de los casos con esta enfermedad inician antes de los 40 años.
Según el doctor Gastón Solano, gerente médico senior de Pfizer Centroamérica y Caribe (CAC), estos dos tipos de artritis son de carácter crónico; es decir, causan inflamación a largo plazo en distintas partes del cuerpo y, por el momento, no tienen cura.
“Afortunadamente, la ciencia ha seguido avanzando y, hoy, tenemos la oportunidad de transformar el manejo de las enfermedades inflamatorias, como la artritis reumatoide y la artritis psoriásica, con innovadoras terapias que se enfocan en vías clave del cuerpo. En Pfizer, no solo queremos que los pacientes puedan aliviar los síntomas de este tipo de enfermedades, sino también, creemos que podemos abordar sus causas mediante tratamientos diferentes que mejoren aún más la calidad de vida de la persona”, explicó.
Es importante recordar que “al día de hoy se desconocen las causas de estos dos tipos de artritis; sin embargo, se sabe que en el origen de ambas intervienen factores genéticos (como tener familiares con psoriasis o con AR) y agentes externos, tal es el caso del estrés, la obesidad, las infecciones por diversos virus o bacterias, el tabaquismo o alguna lesión previa”.
Síntomas diferenciadores
“La rigidez, el dolor y la hinchazón de una o varias articulaciones son los síntomas clásicos y comunes de ambos tipos de artritis, que pueden aumentar, empeorar y desaparecer temporalmente o hasta llegar a ser graves; sin embargo, existen otros más propios de cada enfermedad. Por ejemplo, la AR también provoca en el paciente cansancio, fiebre, boca seca, pérdida de apetito y de peso, así como mayor rigidez por las mañanas”, explican.
Por su parte, en el caso de la artritis psoriásica la persona puede presentar parches de piel escamosa e inflamada en codos, cuero cabelludo y rodillas. También falta de energía constante, cambios en las uñas (hendiduras o tienen a separarse de la base del dedo) e inflamación dolorosa de todo un dedo de la mano o del pie.
“Nuestro propósito es llevar innovaciones que cambian la vida de los pacientes, no solo a través de medicamentos y vacunas, sino también, de otras soluciones como la educación continua. Por eso, en Pfizer queremos concientizar a la población acerca de cómo sospechar de una posible artritis reumatoide o psoriásica y la importancia de acudir rápido al médico en caso de presentar varios de estos síntomas. Los mejores resultados se consiguen cuando se da un diagnóstico temprano y preciso y, además, se determina el tratamiento más adecuado, en fases iniciales de la enfermedad”, acotó el doctor Solano.
Una quinta diferencia entre la artritis reumatoide y la psoriásica, es que “quienes padecen de APS suelen tener sensibilidad en áreas donde los tendones o ligamentos se adhieren a los huesos; específicamente, en la parte detrás de los talones o en las plantas de los pies”.
Para ambos tipos de artritis, existen varias pruebas diagnósticas que el reumatólogo o especialista puede llevar a cabo. Destacan el examen físico, información acerca de antecedentes médicos y familiares, una prueba de factor reumatoide (FR) para ver cuál de las dos afecciones tiene la persona y pruebas de imágenes, como ultrasonidos, resonancias o radiografías, con el fin de conocer si existe algún daño en articulaciones, órganos internos o huesos.
Tratamiento: aliado para reducir complicaciones y tener una mejor calidad de vida
Para reducir las posibilidades de generar complicaciones a raíz de la artritis reumatoide o de la artritis psoriásica, es importante que el paciente cumpla al pie de la línea su tratamiento, que puede incluir uso de fármacos, medidas para mejorar su calidad de vida, reposo o la práctica de ejercicio. En ambos casos, el objetivo que se busca es reducir el proceso inflamatorio y el dolor, retrasar el avance de la enfermedad, aliviar los síntomas, proteger las articulaciones y mejorar el pronóstico del paciente.
“Los tratamientos disponibles al día de hoy para diversas enfermedades autoinmunes e inflamatorias tomaron un promedio de 12 años en desarrollarse. Con dedicación, creatividad y uso de la ciencia, en Pfizer queremos acortar ese tiempo y promover el control del sistema inmunológico, así como la salud de los tejidos, para poder brindar prometedoras soluciones médicas a estos pacientes que tanto las necesitan”, concluyó el doctor Solano.