Florencia, 4 feb (elmundo.cr) – La muestra recorre la historia del arte del calzado, desde el mundo clásico a nuestros días, con 80 obras provenientes de los más importantes museos del mundo, junto a las creaciones de los mayores estilistas contemporáneos.
Fascinantes modelos de calzado en muestra en Palacio Pitti, que van desde las cáligas romanas, hasta los más recientes modelos de la moda, inspirados al estilo de los calzados del mundo clásico y realizadas por los protagonistas de la moda contemporánea como Emilio Pucci, Salvatore Ferragamo e Yves Saint Laurent.
“A los pies de los dioses” es una muestra que desea delinear la evolución que el zapato ha tenido en occidente desde la antigüedad hasta nuestros días, fue preparada por Lorenza Camin, Caterina Chiarelli y Fabrizio Paolucci y estará abierta al público hasta el 19 abril 2020.
Un recorrido expositivo de 80 obras (algunas de las cuales prestadas por importantes museos internacionales como el Louvre) ejemplares de las principales tipologías de calzado, desde las robustas cáligas de los soldados romanos, a las seductivas sandalias de las cortesanas griegas, los refinados calzados endosados por la aristocracia romana; sin olvidar la rica variedad de calzado endosado por las estrellas de las películas dedicadas a la antigüedad, desde Cleopatra, Ben Hur, al Gladiador.
Lo antiguo confrontado directamente con el contemporáneo, con modelos de los más grandes estilistas como Genny, Céline, Richard Tyler, Renè Caovilla, Donna Karan entre otros, se podrán admirar las sandalias que uso Liz Taylor en la película Cleopatra, las cáligas de Charlon Heston en Ben-Hur y las del gladiador de Russel Crowe.
El director de las Galerías de los Uffizi, Eike Schimidt, señaló que “desde siempre el hombre ha querido reponer en el calzado, instrumento humilde y cuotidiano, un reflejo de aquellos principios de armonía y simetría que gobiernan el gusto clásico. El zapato resulto así mismo obra de arte, un objeto plasmado más por las exigencias estéticas que prácticas. Justo para ilustrar cumplidamente este destino del zapato, cuyos presupuestos están ya en el mundo greco romano, se quiso alargar el tema de esta muestra a dos expresiones de la cultura contemporánea íntimamente ligadas entre ellas, el cine y la moda”.
Bajo el signo de la clasicidad, los curadores han explorado este aspecto inédito de la “Fortuna del Antiguo” recuperando sugestiones ecos y consonancias que a través de las películas se crea ese inesperado ligamen entre el pasado y la contemporaneidad.
El zapato no es solamente un accesorio y este concepto era muy claro a los antiguos, al igual que la habilidad que requería su realización. Platón, por ejemplo, no excitaba definir el arte del zapatero una verdadera y propia ciencia. Con su forma y sus colores, este indumento contaba todo de la persona que lo vestía: el sexo, la condición económica, la posición social y el trabajo.
Eso que ha sido siempre considerado un simple detalle de la vestimenta, se convirtió en el protagonista de una exposición, cuyo fin es exactamente aquel de restituir al zapato su rol de precioso indumento del gusto y de la técnico del mundo greco romano”.
En el mundo clásico el uso de los zapatos constituía connotación típica de precisas categorías sociales. Las cáligas con clavos eran usadas prevalentemente por los soldados porque ideales para las largas marchas, mientras los calcei, símiles a botines, connotaban las clases más elevadas (patricios, senadores e imperadores). Las fuentes indican que las cortesanas normalmente usaban sandalias que tenían sobre el lado inferior de la suela de los clavos dispuestos en forma tal que dejaban sobre el terreno una marca con la escrita “sígueme”. En el mundo griego, el status y la clase social de pertenencia de una persona se distinguía también en base la altura de las suelas, a los colores y a las decoraciones que el calzado tuviera.
La seducción, del resto, es desde siempre un aspecto asociado a esta prenda de vestir que no por caso, cumplía un rol simbólico de primer plano. En el mundo antiguo el zapato era protagonista de las fabulas como aquella de Rodopi, antenada de Cenicienta, narrada por primera vez por Heródoto y después por Strabone. Desde entonces los zapatos se convirtieron también en modos de decir, Cicerón, en una de sus Filípicas, usa la expresión ‘mutavit calceos’ para indicar el cambio de rango social de un individuo.