El jefe de contabilidad de las Obras del Espíritu Santo, en días pasados, contestó con claridad meridiana y lujo de detalles al Patronato Nacional de la Infancia, una “recomendación” algo dudosa y de escaso sentido; a nuestro ver, referente a las operaciones administrativas de las donaciones que recibe las Obras del Espíritu Santo; una institución benéfica muy antigua cuya transparencia es a toda prueba y que honra al país.
Lo que llama la atención es la moda que últimamente se está dando; intentando de poner en entredicho a instituciones serias y responsables que por desgracia quedan pocas.
Las Obras del Espíritu Santo, están cumpliendo una labor ejemplar en beneficio de los niños y jóvenes de nuestro país, trabajando para alejarlos de las drogas y sobre todo para ayudarlos a que estén insertos en el sistema educativo y tengan un futuro mejor.
Ojalá que el PANI se dedique a tareas serias, pues no le faltan y: además no hace bien su labor en velar por la niñez de nuestro país, ya que recientemente hubo un caso de negligencia al devolver a sus padres agresores unos menores, donde uno de ellos falleció recientemente en el Hospital de Niños.
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