He decidido sentarme a escribir estas líneas con la esperanza que alguien las pueda leer y decida dar un voto de confianza por este humilde apasionado del derecho y la comunicación.
Desde hace 4 años aproximadamente sirvo a mi país desde la noble Fuerza Pública, una institución llena de gente valiosa pero sobre todo compuesta de personas con muchos sueños, metas y esperanzas. Cada día vemos personas llenas de alegrías y de gran nobleza, pero en contraste vemos personas llenas de ira, resentimiento, violencia y desprecio, esas ultimas le invitan a uno a reflexionar de qué forma se puede mejorar el servicio público, en vez de desanimar.
En esa línea, me declaro un optimista, creo en Costa Rica, creo en el sistema de justicia creo en las instituciones, sé que la transformación a un servicio eficiente, comprometido, y de primer mundo, solo se gesta desde la individualidad.
Tengo 29 años, desde que salí del colegio hace aproximadamente 11 años he deseado con toda la fuerza estudiar leyes, pero las responsabilidades y sobre todo las condiciones socioeconómicas que me rodearon desde joven me lo impidieron.
Fui criado por una abuela que no sabía leer ni escribir, y sin embargo me lleno de alta educación, me enseñó el valor del respeto, la honradez y la disciplina, así mis últimos años de colegio los saqué en un colegio nocturno, trabajando de día para procurar el cuido de mi abuela y de mi familia.
Por años trabajé en la informalidad, hasta que decidí ingresar a Fuerza Pública, siempre me atrajo el servicio que Fuerza Pública daba en mi comunidad, y encontré un espacio donde la disciplina y el respeto tienen cabida. La institución me dio formación integral.
A pesar de no haber estudiado derecho siendo lo que siempre he querido, me he ido instruyendo y hasta el momento de forma autodidacta bajo el modelo del gran Rubén Darío, he aprendido algo de leyes, y he ganado hasta el momento 3 recursos de amparo, que sin duda cualquiera pudo haber redactado, pero me llena de satisfacción la coherencia, claridad y dominio del tema que en mi poco conocimiento demostré.
Escribo estas líneas porque me canse de ser espectador, viendo el tiempo pasar, la situación económica no es muy diferente, sigo viendo por mi abuela, sigo viendo por mí familia, pagando alquiler y saliendo con los gastos normales, no me alcanza para pagar la carrera de derecho. Me complemento más bien, guiando a estudiantes en la redacción de ensayos, informes, redacciones y proyectos de investigación que por diversas condiciones no pueden saben desarrollarlos y así me ayudo con los gastos.
Reamente creo que estudiando leyes y ejerciendo el derecho, puedo cambiar verdaderamente la vida de muchas personas para bien, creo que como abogado puedo romper las dificultades económicas que por años me han acompañado.
Escribo estas líneas esperando que haya alguien en este país, que quiera ser padrino de un policía de 29 años que en sus tiempos de colegio mantuvo excelentes notas, hay una universidad actualmente que me ofrece la licenciatura en 2 millones de colones, el resto lo exoneran, un padrino o madrina que me pueda ayudar con ese gasto, y yo cubro transporte, libros y alimentación.
Para alguien que siempre se ha ganado cada colón y que trabaja desde los quince años, es humillante pedir, pero esta vez he de dejar el ego a un lado y comprender que no puedo permitir se me pase la vida sin estudiar y trabajar en lo que siempre he soñado y para lo que sé poseo actitud y aptitud.
Las personas que deseen ayudar, yo no quiero plata en efectivo, como mencioné hay una universidad donde se puede hacer el pago una vez y puedo ir sacando la carrera cuatrimestre a cuatrimestre. Si usted desea apoyarme ensayosanchia@gmail.com o en la redacción de este medio quedan mis datos completos. GRACIAS.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.
