Nuestra Constitución Política, en el artículo 176, estipula, entre otros: “La gestión pública se conducirá de forma sostenible, transparente y responsable, (…)”.
“El presupuesto ordinario de la República comprende todos los ingresos probables y todos los gastos autorizados de la Administración Pública, durante todo el año económico. En ningún caso, el monto de los gastos presupuestos podrá exceder el de los ingresos probables”.
Y, la Ley de la Administración Financiera de la República y Presupuestos Públicos, señala, en su artículo 4: “Todo presupuesto público deberá contener el financiamiento asegurado para el año fiscal correspondiente, conforme a los criterios definidos en la presente Ley”.
También, la misma, en el inciso c del artículo 5, indica: “c) Principio de equilibrio presupuestario. El presupuesto deberá reflejar el equilibrio entre los ingresos, los egresos y las fuentes de financiamiento”.
Nótese que: “En ningún caso, el monto de los gastos presupuestados podrá exceder el de los ingresos probables”. (CP).
“… además, deberá contener el financiamiento asegurado para el año fiscal correspondiente, conforme a los criterios definidos en la presente Ley”.
“El presupuesto deberá reflejar el equilibrio entre los ingresos, los egresos y las fuentes de financiamiento”.
Lo reseñado sugiere la obligación del equilibrio, que aconseja: “sin tener no se puede gastar”. Y para lograr el lógico equilibrio se debe generar riqueza.
Para invertir -por ejemplo- en salud, en educación, en vivienda… es elemental fortalecer, promover y proteger los emprendimientos, las empresas y, la mayor cantidad y calidad de empleos. Sólo generando riqueza, entre todos, podemos invertir con responsabilidad y sana justicia social para todos.
El presupuesto de la República, es el presupuesto anual de toda la familia costarricense. La familia no puede invertir más de lo que permiten sus ingresos semanales, quincenales o mensuales. Para invertir o gastar más de lo que se recibe, debemos vender nuestros bienes o pedir préstamos a otras personas o a instituciones crediticias o bancos. Y, al pedir préstamos debemos recordar la obligación de pagar intereses (otro gasto más).
Muchas veces los intereses que nos cobran, por los préstamos que nos brindan, son muy altos. Los créditos tienes un precio, y debemos procurar que sea el menor. Deberíamos invertir sólo en lo necesario y gastar menos u ojalá no gastar en lo que realmente no ocupamos. Necesitamos hacer reajustes, entre ellos, pagar menos por los intereses de los créditos que son esenciales para seguir avanzando.
Todos cambiar deudas caras por deudas más baratas: para aliviar las presiones que dan los presupuestos sin equilibrios lógicos entre los ingresos y egresos (inversiones, gastos u otros).
El gasto irracional es dañino para la familia costarricense, y es responsabilidad personal y social: eliminarlo. Debemos ordenarnos, respetar la inversión nacional justa y asignar y vigilar -con ética- los egresos de las instituciones públicas.
No se vale pagar ni pedir más impuestos para que terminen en bolsillos o cajas fuertes de particulares. No se vale pagar -con impuestos que pagamos las mayorías- los lujos de unos pocos.
Todos debemos ser responsables, y controlar constantemente. No permitir el robo de nuestros impuestos y, además exigir que se inviertan bien. Y, si estamos obligados a pedir préstamos… igualmente obligados a que los intereses que pagamos no sean caros.
Estamos obligados a lo mejor, al no gasto irracional. Repito: debemos cambiar deuda cara por deuda más barata. Debemos ordenarnos. Ordenar nuestra casa grande, para evitar más dolor. El dolor, verbigracia, del desempleo, de la educación de no calidad para todos; de manejos irregulares en las instituciones de la salud, de la angustia de no tener vivienda. Contra la angustia y el dolor debemos ordenarnos.
Con o sin Fondo Monetario Internacional, hay que – ser responsables -tomar decisiones. Deuda más barata es la solución al problema de la deuda más cara. Como país debemos hacer reajustes. Estamos ante el peligro respecto a que la plata pública no alcance para mantener todas las instituciones estatales…para proteger la solidaridad social.
O cuidamos nuestro barco común o nos ahogamos todos. Votaré el acuerdo con el Fondo Monetario, pero aclaro que no votaré más impuestos.
Nuestra obligación es crear las condiciones para más producción y empleos de calidad, para más consumo positivo; para el crecimiento económico y desarrollo humano.
Nuestra responsabilidad es buscar el equilibrio y evitar el dolor social.
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