Compartimos con el escritor Arquímedes González y con la lideresa estudiantil Madelaine Caracas una larga conversación; cuyos relatos son basados en hechos reales, de la dolorosa situación que vive el pueblo de Nicaragua.
Nos transmitieron a viva voz, muchos detalles que acompaña los cuentos cortos que reúne el libro:
“Como esperando abril”
Esta es la cruda realidad. Es la masacre que vive la juventud nicaragüense desde el 18 de abril del 2018 por oponerse a la dictadura. Es la agonía y el llanto de las familias y su inspiración en héroes de un pasado cercado que, iluminan a este pueblo valeroso que, una vez más, vuelve a alzar su brazo para defender el derecho a existir en democracia con justicia social.
Pero más duro aún, para quien escribe estas líneas de denuncia, fue escuchar desde las voces del auditorio, compuesto entre otros, por muchas mujeres jóvenes que han tenido que huir de Nicaragua y aprender que ellas han tenido que lidiar, con otras formas de violencia lejos de sus hogares.
En este país donde buscan refugio y seguridad. En esta tierra, donde están en tránsito hacia ese destino por el que luchan. Su propia paz. Aquí han vivido la violación de sus cuerpos, han sido objeto del ultraje físico y la agresión psicológica por el hecho de ser mujeres y, además, el robo de los pocos bienes materiales que los acompañaban.
Sentí vergüenza al mirar a estas mujeres, todas en edad de ser mis hijas.
Ofrecí disculpas, en nombre de los derechos humanos. A ellas expresé admiración por la lucha que levantan sus corazones. Honré la historia que escribe su pueblo.
Al escucharlos con lágrimas de dolor y miedo, lamentar la violación de sus cuerpos y no recibir la atención de nadie; guardar todo en silencio, por la ilegalidad de su condición migratoria fue desgarrador. Su honor convertido en una simple palabra porque los hechos muestran que no ha existido.
En ese diálogo nos enteramos que existen “69,000” solicitudes de asilo presentadas por nicaragüenses, desde abril del 2018. Hasta hoy, han sido resueltas “3” gestiones.
También supimos que Naciones Unidas tiene dispuesta una ayuda por 6,0 millones de dólares para asistir al gobierno de Costa Rica, en la atención de asilados y refugiados pero su desembolso no ha tramitado.
Sean estás líneas, fuerza moral para levantar nuestra voz. Para que la xenofobia no encuentre asidero en nuestros corazones. Para que a las mujeres se les respete su condición desde la equidad y la igualdad de género.
Somos más que mil palabras cuando actuamos.
Aquí vamos.
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