Todos reconocemos que vivimos tiempos de cambio. Han cambiado nuestras familias, ha cambiado la sociedad, la forma de trabajo, la política y, por supuesto, ha cambiado la forma de liderar.
Particularmente, en Costa Rica, este año vivimos tiempos de cambio porque estamos ya inmersos en un proceso electoral que nos pondrá a todos los costarricenses frente a la necesidad de elegir.
La elección que hagamos de nuestros próximos gobernantes marcará un derrotero muy importante en el liderazgo de nuestra nación.
Debemos entender que en estos tiempos de cambio, los líderes capacitados atraen seguidores leales, y que colaborando unos con los otros –los líderes y los grupos- podemos llevar a cabo todo lo que sea necesario hacer.
El Doctor Jorge Yarce -conferencista internacional en temas de liderazgo, ética y valores- escribe que el Liderazgo es “esa idea de la renovación permanente”.
En ese sentido, un líder –retomando las palabras del Dr. Yarce- es esa persona que mira más al futuro antes que centrarse en el pasado.
En una reciente conferencia sobre liderazgo dictada en la Asamblea Legislativa, el Dr. Yarce habló de cinco claves indispensables para el liderazgo en tiempos de cambios.
La primera de ellas, ligada especialmente al ámbito político, es liderar para trascender, y trascender significa ir más allá de nosotros mismos y encontrarse con los demás.
Otras claves en estos tiempos de cambio son liderar para recuperar el protagonismo de la sociedad civil, liderar para afrontar tiempos de crisis e incertidumbres, y liderar para la transformación personal y colectiva.
La quinta clave que aporta el Dr. Yarce es liderar con valores para un nuevo proyecto de país.
Personalmente me siento identificado con este llamado. Creo que quienes ocupamos posiciones de liderazgo, en cualquiera que sea el ámbito donde nos desarrollamos, debemos recuperar los valores si queremos vivir en un país seguro y estable.
Hoy vivimos tiempos cuando se están perdiendo los valores. Vivimos tiempos donde la honestidad y la rectitud, donde el respeto y la integridad –por ejemplo- están dejando de ser guía para la sociedad.
Los valores definen quiénes somos como personas y como sociedad. Definen qué somos, por qué actuamos de una forma u otra, y cómo interactuamos con los demás.
Existe una clara necesidad de contar con líderes mejor preparados en estos tiempos de cambio. Líderes mejor preparados en los partidos políticos, en las comunidades, en las instituciones públicas, en las empresas y, por supuesto, también en las iglesias. Pero todos y cada uno de estos líderes debe ejercer su función con valores.