Todos sabemos que el maíz es excelente para ensilajes. Los híbridos modernos dan una buena cantidad de materia seca. Muchos escogemos una buena semilla, nos fijamos en el suelo y la fertilización. Pero pocos le ponemos atención a requerimientos que se necesitan para tener una buena producción de biomasa; como son la temperatura y el agua. La producción de materia seca está supeditada a la disponibilidad de agua y al cumplimiento de los requerimientos térmicos. Algunos estudios nos dicen que por cada milímetro de agua que llega al maíz (mediante lluvia o riego), se producen entre 30 y 40 kg de materia seca por hectárea. Bajas temperaturas menos de (8°C) asociadas a escasa luminosidad afectan el desarrollo inicial de las plantas limitando la absorción de nutrientes (este no es el caso de Costa Rica, ya que no tenemos heladas). Según la literatura el maíz presenta un buen crecimiento cuando la temperatura ambiente se encuentra entre 18 y 28°C. Con temperaturas promedio entre 20 y 22°C y máximas no superiores a 30°C se logra su mejor crecimiento. Guanacaste y la costa del pacífico presentan temperaturas a veces mayores a los 34 grados centígrados lo que no es un impedimento para tener un crecimiento aceptable. Cada híbrido tiene un requerimiento térmico necesario para su crecimiento y desarrollo, valor que es medido en horas calóricas. En Guanacaste en la época seca solo se puede producir con riego ya que las temperaturas superan los 34 grados C, cuando esto sucede reducen la capacidad de producción de grano, provocando el enrollamiento de los estilos y con ello la reducción de la polinización y fecundación. En estas condiciones, las mazorcas presentan espacios en los que no existe grano. Mazorcas sin grano también se presentan por falta de lluvia en la época lluviosa (sin riego). El agua es el otro elemento necesario para la planta de maíz. Los cambios en el clima han generado eventos de sequía importantes y esto ha obligado a los productores a tener sistemas de riego tecnificado para tener un buen rendimiento. La literatura nos dice que en diversas investigaciones que por cada milímetro de agua caída sobre el cultivo se producen entre 30 y 40 kg MS/ha de maíz para ensilaje. Esto significa que entre el periodo de siembra a la madurez fisiológica es necesario tener una precipitación (lluvia o riego) de 500 mm si se quiere lograr a 20 toneladas de materia seca por hectárea (ton MS/ha) y 700 mm para una producción de 28 (ton MS/ha). El exceso de lluvias o precipitaciones muy grandes como los que ocurren este año con el fenómeno de la Niña afectan a la producción del maíz, en especial, durante las primeras etapas del desarrollo de las plantas, afectan el anclaje en el suelo y en etapas avanzadas producen lixiviación de nutrientes (nitrógeno, potasio entre otros) que generan deficiencias a veces imperceptibles en el campo pero que afectan directamente el crecimiento y desarrollo de las plantas.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@nuevo.elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.