¿Qué hiciste Trump?

» Por Bryan Acuña Obando - Analista Internacional

El presidente Donald Trump siguiendo sus promesas de campaña, tomo la decisión de sacar las tropas estadounidenses de Siria, o al menos de esa forma lo ha dejado entrever en estos días. El movimiento según indica, obedece a que han logrado vencer al DAESH, criterio no compartido por el resto de aliados de la OTAN, principalmente los países europeos que han formado parte de las operaciones; por ejemplo Francia y Alemania.

Y es que pese a lo manifestado por el presidente estadounidense, es imposible acabar con algo que surgió como un movimiento ideológico fuertemente viral. Lo que la coalición logró contra la estructura islamista fue desmembrar su pujante “empresa”, decapitar algunos de sus liderazgos y desperdigarlos por varias regiones donde se aprovechan de los vacíos legales y de poder para seguir actuando, como ocurre en Libia y en el Magreb africano. O actúan como “lobos solitarios” cometiendo atentados de baja intensidad, que se endosan fácilmente como logros de la “Guerra contra los infieles”.

El movimiento es tan repentino y sorpresivo que desubica a otros actores internacionales, haciendo pensar que el gobierno de Trump está entregando en bandeja de plata el dominio del Levante Mediterráneo al Kremlin; algo que ya domina de facto desde hace tiempo pero que con esta movida se haría oficial.

Sumaría además una zona de respiro para los intereses de la República Islámica de Irán en sus afanes por crecer en influencia en la región, sumando el poder que manifiesta en Siria, más lo logrado con la retirada de tropas estadounidenses de Irak, aplomado en el Líbano a través de fichas importantes en el poder político como militar por medio de Hezbollah, así como ser el soporte más importante del grupo islamista Hamas en Gaza, logrando así tener tres eventuales frentes para confrontar indirectamente a Israel a través de luchas de desgaste.

El retiro estadounidense significaría que en Israel tendrán que acostumbrarse a negociar en ruso, algo que ya de todos modos desde la época de Obama han logrado asimilar. Y si bien el gobierno de Trump ha sido el que mayores apoyos le ha brindado a Israel en las últimas décadas, salvo que el movimiento en Siria tenga “trampa”, esto le traerá dolores de cabeza a los israelíes, en un barrio donde no hay tiempo para aburrirse.

Mientras que por otro lado, se da por un hecho que Assad no será removido del poder y la victoria finalmente quedó en manos del líder alauita, aunque con un país resquebrajado por luchas tribales y sectarias que no facilitará el proceso de devolverlo a una condición anterior; eso simplemente no ocurrirá.

Por otro lado a los kurdos, una de las principales fuerzas que aprovecharon la ruptura momentánea del liderazgo sirio, quedan a la expectativa ante el temor que esto sea un retroceso, principalmente ante la amenaza de Turquía, quienes en su afán de tener más poder en Oriente Próximo decidan seguir minando el posicionamiento y autodeterminación kurda en la región, causando además que el gobierno de Ankara siga violando sistemáticamente los derechos de esta población. Además que las aspiraciones turcas son las de convertirse de nuevo en la principal potencia del mundo islámico en general, y es hacia donde Erdogan y sus seguidores apuntan desde hace años.

Regresando brevemente al tema kurdo, está claro que se desaprovechó la posibilidad de generar un enroque estratégico a través del fortalecimiento a las posiciones kurdas y se fue dejando una vez más en el olvido a esta nación que pudo transformarse en el pivote geopolítico que se necesitaba para romper con la media luna de dominio que ha estructurado inteligentemente Moscú en colaboración directa con Teherán y por el contrario en estos momentos por la coyuntura es posible que al menos en Siria los kurdos estén decididos en cierta forma alinearse con las fuerzas militares del gobierno de Assad contra los sueños expansionistas del gobierno de Recep Tayyip Erdogan.

Estados Unidos mantendrá sus apoyos a los aliados de la zona (Israel y Arabia Saudita principalmente), pero más desde el ámbito material, principalmente a través de la venta de armamento y equipo de defensa, pero en el terreno mantendrá cierta distancia. Sin embargo, cuidado con hacer una apreciación errónea, ya que Estados Unidos no se va del todo, aún poseen importantes bases militares en regiones aledañas, que de ver amenazados sus intereses estratégicos, regresaría a dar golpes en la mesa.

Pero la distancia que decidieron tomar, corta un importante canal de comunicación para consensuar una agenda que mantenga el equilibrio del poder favorable, decidiendo dar la iniciativa a otros actores que no desaprovecharán la oportunidad.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.

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