Plebiscito Constitucional en Chile: el rechazo a un cambio innecesario

» Por Mariela Palma - Analista Internacional

El viernes 18 de octubre del 2019, dio inició a lo que se llamó el “estallido social” en Chile, con la excusa del aumento de la tarifa del Metro de Santiago, con la que empezarían una serie de disturbios, actos terroristas y saqueos a comercios.

Lo cierto es que esto fue una insurrección que iba más allá de un descontento en el aumento del pasaje y donde estaban involucrados diferentes intereses que convergen para generar esta desestabilidad, entre ellos: anarquistas, feminismo radical, migrantes, izquierda latinoamericana, terrorismo mapuche y delincuencia común. Bien decía el filósofo francés post estructuralista, Gilles Deleuze, “el terror y la crisis son, ante todo, maneras de gobernar”.

Bajo este estado de emergencia ciertos ideólogos y políticos aprovecharon el desorden social para exigir una nueva Constitución, incluso bajo el lema de querer quitar la Constitución de Augusto Pinochet, pero lo cierto es que la Constitución vigente no es la de Pinochet, sino la del Expresidente Ricardo Lagos, quien fue que la firmó, luego de hacer reformas, tiene 51 reformas y 257 modificaciones.

Sin embargo, finalmente se convocaron las elecciones de convencionales constituyentes el 15 y 16 de mayo del 2021, donde se eligieron a los 154 integrantes de la Asamblea Constituyente encargados de redactar la nueva Constitución, que inició el 4 de julio de 2021, y tardó 9 meses, más 3 meses de prórroga.

Hubo bastantes polémicas con los constituyentes, entre los que se pueden destacar el del constituyente Rodrigo Rogas de la Lista del Pueblo, que fingió tener cáncer para ganar popularidad, mintió en su declaración de patrimonio y terminó renunciando cuando lo descubrieron. Además la constituyente Giovanna Grandón “Tía Pikachu”, quien llegó vestida de este personaje de Pokemón a la Convención Constituyente, y Cristóbal Andrade disfrazado de dinosaurio, ambos también de la Lista del Pueblo, como si fuera un circo y no la redacción de la Carta Magna. La Lista del Pueblo terminó siendo diluida después de tantos escándalos.

También el constituyente de escaños reservados para pueblos indígenas, Félix Galleguillos, quien llegó a cantar diciendo que  proponía cambiar el himno de Chile empezando con esa entonación “Pluri-Chile es tu cielo azulado”.

Los constituyentes en varias ocasiones utilizaban la convención para pedir que sacarán de la cárcel a los que habían ocasionado actos terroristas y saqueos y tratando de hacerlos pasar por presos políticos.

Entre estas cosas, también elaboraron un texto excesivamente largo con 388 normas repartidas en once capítulos. Y tenían la pretensión de que fueran constitucionales, por ejemplo, el voto para menores de edad a partir de 16 años, que la edad para ser Presidente baje a 30 años,  eliminar el Senado y tener un congreso unicameral, un distrito para que los chilenos residentes en el extranjero tengan escaño en el Congreso.

Creaba un Sistema de Justicia Indígena paralelo al Sistema de Justicia Nacional, por ende no habría igualdad ante la ley para los chilenos, sino que los indígenas tendrían leyes diferentes determinadas por ellos.

Los sindicatos podrían entrar en huelga por cualquier motivo, el aborto sería ilimitado por cualquier motivo y en cualquier mes de gestación, que el 50% de los puestos públicos sean para mujeres.

Eliminar los derechos de aprovechamiento de agua, se eliminan los derechos de propiedad y vivienda, y también a la propiedad sobre los ahorros previsionales. Entre otras ocurrencias.

Finalmente, cuál fue el resultado de este proceso? Este domingo 4 de septiembre fue el plebiscito constitucional de salida, en el que los chilenos rechazaron la nueva propuesta de Constitución, por un amplio margen del 62% rechazo y 38% del apruebo, un margen de 24 puntos, ganando el rechazo 338 comunas de las 346.

Se gastaron más de $68 mil millones en la Convención Constitucional, que finalmente solo fueron un despilfarro que se pudo haber usado para invertir en seguir el camino del progreso que ha demostrado tener Chile, siendo un país ejemplar para Latinoamérica con su desarrollo económico y social.

¿Qué sigue? Según el artículo 142 inciso final de la Constitución Política de Chile vigente:

“Si la cuestión planteada a la ciudadanía en el plebiscito ratificado fuera rechazada, continuará vigente la Constitución actual”.

Este es un rechazo a un cambio impulsado por el actual Gobierno de Chile, quien hizo campaña a favor del apruebo abiertamente, pero podemos destacar sobre este intento de cambio, que como decía Daniel Patrick Moynihan.“uno puede tener sus propias opiniones, pero no sus propios datos.

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