La importancia de roles y organización de procesos administrativos que involucra brindar servicios a los ciudadanos, es relevante. Sin embargo, todo en exceso podría ser perjudicial, especialmente cuando la rigidez toma posición, y se presenta en una línea inflexible, en torno a necesidades sociales actuales.
El economista y sociólogo Max Weber (1864-1920), apoyó el pensamiento que la burocracia es eficiente, consecuente con la sociedad que cambia y evoluciona de forma constante. Por lo que resulta imprescindible tener en cuenta que la amplitud de requisitos, trámites y gestiones, que se convierten en burocráticas dentro de la función pública, al no ser canalizadas correctamente, podrían ser un problema severo que puede provocar daños en diferentes sectores, y uno de ellos, la juventud emprendedora.
Cuando las iniciativas emprendedoras, se enfrentan con una “muralla” de listado de obligatoriedades para formalización, aunado a altos costos financieros iniciales, muchos emprendedores jóvenes, podrían preferir mantenerse en lo informal, ante una burocracia que a todas luces, se puede interponer en su desarrollo.
Sumado a ello, es importante recordar que la juventud en nuestros días, es un actor social y económico, protagonista, en cada uno de los ámbitos en los que se desenvuelve y en los que ejerce su influencia. A pesar de situaciones desconcertantes que los pueden rodear, muchos de ellos enfocan sus esfuerzos en la superación, abriéndose espacios en ámbitos altamente competitivos, venciendo adversidades, crtíticas y rechazos. Por esto, necesitan todo nuestro apoyo.
Emprender, para muchos, es todo un desafío, resultado de la burocracia excesiva. Los emprendedores, micros, pequeñas y medianas empresas del país, pueden ser consecuentes al describir la amplia gama de trámites que se necesita para formalizar.
Las situaciones que muchos enfrentan, como la escasez, logran despertar el surgimiento de nuevos emprendimientos desde muy temprana edad. Con el objeto de ayudar a sus propias familias y personas alrededor, se olvidan de las críticas negativas que buscan detenerles, y se encaminan a los nuevos horizontes que el emprender conlleva, iniciando con una chispa de tenacidad para creer en un mejor mañana, construido desde el hoy. Proveyendo para sus familias y generando trabajo a otros.
Según la encuesta Actualidades 2019, elaborada por Estudiantes de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR), 35% de los hogares costarricenses cuentan con al menos un miembro de la familia con afinidad a crear su propio negocio. Y resulta inevitable mencionar que en gran parte de los hogares, las personas adultas se han encargado de impulsar al sector etario joven, promoviéndoles en su desarrollo y alcance de metas para avanzar, aún en algunos casos mayoritarios, con poco e insuficientes recursos.
A través de los muchos emprendimientos de iniciativa joven, la sociedad ha sido testigo que aún en los momentos más desafiantes, el aporte emprendedor logra incidir en el estilo de vida de las familias, donde pese a los bolsillos haber sido golpeados, alimentan la esperanza de crecer y surgir, bajo la premisa del bien común, en apego a una fuerte convicción de emerger con valentía y determinación.
Los casos suelen ser amplios, cuando se trata de observar emprendimientos en comunidades que iniciaron desde cero, promoviendo artesanías, ventas de cosméticos, creación de apps móviles, promoción de turismo rural comunitario, elaboración de manualidades y otros, que gracias al trabajo esforzado, ahora han incorporado a muchas otras personas como colaboradores, generándoles empleo e ingresos de forma progresiva. Logrando con ello, propiciar un desarrollo económico continuo en las comunidades.
Así las cosas, sí es posible una solución al efecto de la burocracia; alineando las políticas públicas consecuentes al tema, siendo diligenciadas a reducción de trámites con alta rigidez y difícil acceso, para de forma necesaria y urgente favorecer de manera asertiva a los cientos y miles de jóvenes costarricenses; promotores del desarrollo, influyentes en el progreso social.
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