¿Es la oficina de Servicios Ambientales de la Municipalidad de Alajuela una pequeña sucursal que cuida los intereses de una empresa privada dedicada a la recolección, transporte y tratamiento de desechos sólidos?
Es curioso que a pesar de los fuertes cuestionamientos que recibe constantemente la Estación de Transferencia LUBERA en Montecillos de Alajuela, ni la Municipalidad de Alajuela, ni el Ministerio de Salud, hacen absolutamente nada.
Es un botadero donde no se respeta regulación alguna, donde a vista y paciencia de las autoridades se tira la basura al suelo, para después de varias horas ser transportada hasta el relleno sanitario de TecnoAmbiente.
La relación de sobra conocida entre el Coordinador de Servicios Ambientales, Giovanni Sandoval y la gerente de las empresas relacionadas con el tratamiento de la basura en Alajuela, con Lubera y con TecnoAmbiente, podría dar pistas del porqué de la solapada complacencia.
Lo menos que le ha preocupado al señor Sandoval es el ambiente en Alajuela, es claro que sus intereses no están puestos en el bienestar de los alajuelenses, y que su complaciente y conocida preferencia por la empresa que maneja su esposa llevan ventaja sobre el interés general de la población.
La Contraloría General de la República debería revisar con lupa los contratos que se generen al respecto en la Municipalidad de Alajuela en lo referente a la basura, porque algo huele mal ahí.
Es hora de que los alajuelenses investiguen y pidan cuentas sobre el porqué sigue abierta la contaminante Estación de basura en Montecillos.
Es hora de que los alajuelenses investiguen por qué la Municipalidad favoreció a una empresa con la recolección, transporte y tratamiento de desechos sólidos que resultó cientos de millones más cara que la competencia.
Es hora de hacer preguntas, y empezaremos solicitando a la Municipalidad de Alajuela todos los oficios firmados por Giovanni Sandoval en los últimos seis años, para corroborar si ha acatado la prohibición que pesa sobre él por parte de la Contraloría General de la República.
No puede ser que una oficina pública sea un apéndice de una empresa privada.